El ministerio que ha asumido Teresa Ribera es uno de los que afronta uno de los retos más titánicos del nuevo Gobierno: reemprender la senda de las energías renovables que nunca debería haberse abandonado evitando al mismo tiempo que los precios de la electricidad se encarezcan. Su antecesor en Energía, Álvaro Nadal, repetía como un mantra que sin el llamado impuesto al sol o reduciendo la cuota de la energía nuclear, la tarifa eléctrica se dispararía. En manos de su sucesora está empezar a demostrar que se equivocaba.

La clave estará en que pueda sacar a adelante la ley de Transición Energética y Cambio Climático de la que el Ejecutivo de Rajoy dejó un borrador con escasas ambiciones. Durante su toma de posesión, Ribera advirtió de la situación límite en que se encuentra el planeta. «Estamos en una carrera contrarreloj. Hay que realizar cambios muy profundos», subrayó.