Ninguna autoridad tiene otra base en España que la Constitución, y los militares la acatan sin condiciones. Lo ha recordado Felipe VI este miércoles al subrayar en su discurso de la Pascua Militar que la Carta Magna "es el camino libre y democráticamente decidido por el pueblo español. Todos estamos incondicionalmente comprometidos con ella porque es el origen de la legitimidad de todos los poderes y de todas las instituciones del Estado".

En la misma ceremonia, celebrada en el Palacio Real de Madrid, la ministra Margarita Robles ha sentenciado con vehemencia que "nadie tiene derecho, y menos quienes en su día vistieron el uniforme de las Fuerzas Armadas, a perjudicar el inmenso prestigio que tienen nuestros Ejércitos, con la plena conciencia y agradecimiento de la sociedad española".

El monarca y la titular de Defensa han hecho estas afirmaciones en sendos discursos de una festividad castrense que venía precedida por la expectación sobre qué lugar ocuparía en la celebración la polémica por el chat reaccionario de militares jubilados en el que se hablaba de "fusilar a 26 millones" de personas y las cartas contra el "gobierno social-comunista apoyado por filoetarras" que otros uniformados han suscrito y enviado a la Zarzuela.

En las frases de mayor contenido político de su discurso, y sin hacer alusión directa a esos pronunciamientos, el Rey ha descrito a los militares como "hombres y mujeres que protegen nuestra libertad y seguridad dentro y fuera de nuestras fronteras", y ha apuntado que la legitimidad que mana de la Constitución "se renueva cada día respetándola y observándola".

Felipe VI ha enviado a los ejércitos el mensaje de que "nuestra Constitución, reflejo de España", es "fuente de cohesión, marco y garantía de convivencia, de estabilidad y de solidez democrática".

"Delirios" de "una minoría"

La ministra ha contestado de forma más directa en su intervención, al describir a los promotores de esos pronunciamientos públicos contra el Gobierno como una "insignificante minoría, que sólo se representa a sí misma, que busca una publicidad y un protagonismo, que ni merece ni tiene y que cuestiona irresponsablemente las bases de la convivencia en España".

Esa minoría, ha dicho Margarita Robles "solo merece el rechazo más absoluto, por su intolerancia, sus delirios y su total alejamiento de los valores castrenses".

La titular de Defensa le ha asegurado al Rey que "contamos con unas Fuerzas Armadas modernas, altamente preparadas y formadas exclusivamente en el marco de la Constitución". Y en ese momento ha remachado la didáctica constitucional de esta jornada al recordar a los militares que "los valores y derechos recogidos en nuestra Constitución delimitan el espacio moral y político en que debe discurrir nuestro Estado social y democrático de derecho y tienen su máxima expresión en la libertad, la igualdad, la justicia y el pluralismo político, que nuestra Carta Magna consagra".

La ceremonia se ha visto marcada por las severas limitaciones que impone la pandemia. La ocasión ha proporcionado la oportunidad para el primer encuentro entre el Rey y el presidente Pedro Sánchez después de que éste anunciara un camino legislativo de regeneración de la institución monárquica en España. Sánchez y el Rey han departido muy brevemente a la puerta del palacio, en el espacio de apenas un saludo y una felicitación del año nuevo.

Este año no se toma después el vino de homenaje habitual, por lo que tampoco ha habido más ocasiones para encuentros. En el salón del trono del Palacio Real, otros años repleto de militares y autoridades civiles, esta vez solo han podido estar doce uniformados que han sido condecorados por el monarca a propuesta del Ministerio de Defensa.

Además, han presenciado in situ la ceremonia el jefe del Estado Mayor de la Defensa, teniente general Miguel Villarroya, los jefes de los ejércitos de Tierra, Aire y Armada y el ministro del Interior, Fernando Grande Marlaska, con la directora de la Guardia Civil, María Gámez.