La monarquía deja atrás una semana complicada. La decisión de Juan Carlos I de abandonar España tras hacerse públicas diversas informaciones comprometedoras sobre supuestos negocios opacos que mantenía en el extranjero han convulsionado a la Casa Real. Sin embargo, Felipe VI parece dispuesto a tratar de volver a la normalidad institucional cuanto antes y hoy retoma sus actos fuera de los muros de La Zarzuela, en concreto en Palma, lugar habitual de veraneo de la Familia Real. El monarca, junto a la reina Letizia y sus hijas, la princesa Leonor y la infanta Sofía, tienen previsto estar en la capital mallorquina y sus alrededores durante los próximos 12 días. Unas vacaciones que difícilmente lograrán quitar el foco sobre la marcha del rey emérito y su actual paradero, el cual no se hará público hasta que Juan Carlos lo apruebe. Cada gesto y cada palabra de Felipe VI estará bajo el escrutinio de una clase política que en los últimos días se ha atrincherado en el debate sobre el futuro de la monarquía.

Cambio de agenda

La llegada de los reyes, el pasado viernes, a Palma generó una expectación mayor a la de otros años. Apenas cuatro días después de que se hiciera pública la carta de Juan Carlos I a su hijo, Felipe VI entró en el Palacio de Marivent conduciendo un coche en el que iba el resto de la familia para dar comienzo a sus vacaciones estivales. Sin embargo, este año no será como los anteriores.

La situación actual de la Casa Real, con el rey emérito en paradero desconocido, resulta delicada. Entre las anomalías de su estancia en Mallorca este verano está la suspensión del tradicional posado de Marivent en el que Felipe suele departir con los periodistas que acuden. Las incómodas preguntas sobre su la actual localización de su padre, sumado a la pandemia del coronavirus -como argumentan desde La Zarzuela-, parecen hacer preferible la cancelación del acto.

Tensión política

No obstante, Felipe VI si mantendrá en su agenda varios encuentros con distintas autoridades. La cita central será el miércoles, cuando el monarca se reúna con el presidente del Gobierno en Marivent, como viene siendo habitual cada año. El jefe del Ejecutivo llegará a la cita con un Consejo de Ministros tensionado. Los de Pablo Iglesias están molestos por cómo se ha gestionado la "huída indigna" de Juan Carlos I y por no haber sido informados previamente de la marcha del rey emérito.

Los morados exigen conocer dónde se encuentra en la actualidad el padre de Felipe VI. Una información que, previsiblemente, solo conocen el rey, Sánchez, el ministro del Interior, Fernando Gránde-Marlaska, de quien depende la escolta de Juan Carlos, y la ministra de Exteriores, Arancha González Laya.

A esto se suma la presión de varios socios del Gobierno. ERC apoyó el pasado viernes una resolución en el Parlament para declarar que "Catalunya es republicana" y Compromís ha pedido ya una modificación de la Constitución para poder elegir al jefe del Estado.