Pedro Sánchez quiere a todos los partidos a su lado. De EH Bildu a Vox, pasando por el PP y ERC. A todos. Durante su comparecencia para rendir cuentas sobre la declaración del estado de alarma frente a la pandemia del coronavirus, el presidente del Gobierno ha anunciado este miércoles que presentará unos Presupuestos de "reconstrucción social y económica" (los que se encuentran en vigor siguen siendo los aprobados por el PP en el 2018) y ha pedido apoyo a la oposición. Pero esta iniciativa, ha continuado el líder socialista, no se aprobará hasta que haya pasado la crisis, lo cual, en principio, aboca a pensar en que serán las cuentas del año que viene.

"El gobierno presentará unos Presupuestos de reconstrucción social y económica. Queremos contar con el apoyo de todas las fuerzas políticas. Lo haremos cuando hayamos superado el virus. Tiempo habrá de hacer oposición. Serán unos Presupuestos extrasociales. Debemos ir hacia la protección de nuestro Estado del bienestar, hacia el fortalicemiento de nuestros sistema público y de la economía", ha dicho Sánchez, que ha calculado que la lucha contra el Covid-19 durará entre dos y tres meses. "El 2020 no tendrá 12 meses, sino diez o incluso nueve", ha señalado el jefe del Ejecutivo.

"Llamo en primer lugar a la unidad política. Una pandemia de estas características no distingue mapas, colores, ni ideas. Debe ser combatida por todos desde la unión y la responsabilidad colectiva (…). Debemos esmerarnos por estar a la altura de nuestros ciudadanos, contribuyendo con la máxima altura de miras y sentido de Estado", ha insistido.

Las críticas

La oposición, en su conjunto, ha evitado hasta ahora respaldar al Gobierno. Las comunidades autónomas gobernadas por el PP han tendido a evitar las críticas, pero el líder de este partido, Pablo Casado, ha acusado a Sánchez de caer en la "negligencia" al haber tomado decisiones como autorizar la marcha del 8M en Madrid, cuando el virus ya avanzaba imparable por la capital. Vox no ha escatimado fuerzas a la hora de pedir dimisiones: de la vicepresidenta primera, Carmen Calvo, al vicepresidente segundo, Pablo Iglesias. Y en el otro extremo, los partidos independentistas catalanes y el PNV se quejan de la "recentralización" que supone el estado de alarma decretado, donde todas las administraciones quedan bajo el mando del Ejecutivo para luchar contra el virus, que según los datos del martes ya había contagiado en España a 11.178 personas (probablemente habrá muchas más, con síntomas leves) y provocando la muerte de 491.

Nunca antes se había visto un pleno del Congreso tan vacío. Apenas 30 diputados, incluyendo a los miembros del Ejecutivo, asisten presencialmente a la comparecencia del presidente. El coronavirus se ha extendido por el arco parlamentario igual que por el resto de ámbitos laborales, y varios de los reprentantes de la Cámara baja, como Irene Montero (Podemos, también ministra de Igualdad) y Santiago Abascal (líder de Vox), han dado positivo. Así que, para evitar contagios y no pudiéndose celebrar en la Cámara baja debates telemáticos, porque su reglamento no lo permite, la presencia en los escaños se ha reducido al mínimo, con la inmensa mayoría de diputados siguiendo a través de las pantallas de sus casas. "Es una sensación rarísima", ha explicado una representante del PSOE desde su salón. Entre los que han estado el hemiciclo había incluso un diputado con mascarilla: José María Sánchez, de Vox.

El "sesgo de retrospectiva"

"El ser humano sucumbe con frecuencia al sesgo de retrospectiva. Con lo que sabemos hoy, el mundo no habría actuado como lo hizo ayer. Se decretó el estado de alarma cuando existió la certeza de que era imprescindible", ha continuado Sánchez, admitiendo así la tardanza en tomar medidas, pero dejando claro, como hace en cada comparecencia, que sus acciones siempre han estado guiadas por las recomendaciones de los "científicos".

La intervención de Sánchez ha estado guiada por un mensaje: la necesidad de reforzar el Estado del bienestar. "Estamos ante un reto sin precedentes, que nos obliga a tomar medidas excepcionales. El virus ha cambiado nuestra forma de pensar, de organizarnos, de convivir. Siega vidas humanas y arrolla también empresas. El virus nos sitúa ante la incertidumbre sobre nuestro futuro. Nunca hemos vivido nada igual. La sociedad se encuentra librando una guerra para defender lo que ya dábamos por hecho", ha insitido.

Por eso, cuando todo esto "pase", se constituirá una "comisión de estudio sobre el estado de la sanidad, que elabore propuestas sobre ajustes y cambios que se consideren necesarios". El objetivo, "proteger nuestro sistema de salud y reforzar el Estado del bienestar".

Las medidas económicas

Sánchez, que el martes admitió que "caben errores" ante el virus porque "no existen certezas absolutas", se ha detenido en las principales medidas que trae consigo el actual estado de alarma, ha defendido el "escudo económico y social" aprobado por el Consejo de Ministros. El plan pretende movilizar 200.000 millones de euros (117.000 de ellos provenientes de las arcas públicas) para apoyar a las empresas y los colectivos más vulnerables.

La iniciativa, que según el líder socialista supone "la mayor movilización de recursos públicos y privados de la historia democrática" y fue recibido por la bolsa con una subida del 6,41%, incluye también una moratoria en el pago de hipotecas y suministros, la prórroga automática del bono social a los hogares beneficiarios, la flexibilización del gasto de los municipios y la autorización de los expendientes de regulación temporal de empleo (ERTE).