Pedro Sánchez subió este lunes al escenario para postularse como el líder que debe pilotar el viraje del PSOE hacia la izquierda, a una socialdemocracia renovada y que de esquinazo a todo tacticismo pactista con el PP. El exsecretario general de los socialistas subió al escenario, en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, apuntalado por un proyecto político contra quienes le acusan de promover un liderazgo personalista movido por el rencor tras su caída, el pasado uno de octubre. En su hoja de ruta algunas sorpresas, como el reconocimiento de conceptos hasta ahora defendidos por Podemos: la plurinacionalidad y la renta básica universal. Sánchez aboga por un PSOE más puro, que vuelva a sus principios, con medidas que le sitúan claramente a la izquierda del tablero político pero con la voluntad de sumar a todos los ciudadanos próximos al socialismo y a los sindicatos en una alianza estratégica para liderar la oposición con firmeza y expulsar al PP de la Moncloa.

El exnúmero uno defiende el “carácter plurinacional del Estado apuntado en el artículo 2 de la Constitución”, una bandera levantada por los podemistas que ahora trata de enarbolar Sánchez, quien hasta el momento no había asumido la plurinacionalidad. El socialista considera que es imprescindible renovar el modelo territorial para que sea más equilibrado y reclama como imprescindible la reforma de la Constitución en esta legislatura, previamente “perimetrada” en la correspondiente comisión parlamentaria. Sánchez considera que esa modificación debe retocar el título VIII de la Carta Magna para articular un estado de estructura federal y asume los postulados de la Declaración de Granada. Incide en la necesidad de recuperar un diálogo fluido con Cataluña pero se desmarca claramente del soberanismo al señalar que los ciudadanos catalanes “no se beneficiarán de una eventual independencia de Cataluña”.

Y en esa reforma de la Constitución incide en cambiar el artículo 135 cuya controvertida modificación pactaron PSOE y PP, para garantizar la estabilidad presupuestaria.

Propone, además, la creación de una renta básica universal para todos los ciudadanos, similar a la que defendió Podemos, pero advierte que debe ser “sostenible y viable”. No establece una cifra exacta pero sí incide en que la recibirían también los ciudadanos que, aún estando en activo, no logren llegar a ese mínimo garantizado por persona a través de una devolución de Hacienda.