PP y Cs son quienes han puesto de moda a Vox, según Pedro Sánchez. El presidente del Gobierno dijo ayer en Sevilla que con su política de «crispación y radicalidad» y de «abandono de la moderación» son quienes «alimentan a la ultraderecha». Es más, cuando estas formaciones han aparecido, «la derecha española no ha dicho nada». Antes al contrario, dijo, instando al líder popular Pablo Casado a desvelar cuáles son esos «valores esenciales» que dicen compartir con Vox: «Nosotros, ninguno».

El líder del PSOE entró ayer en campaña para las andaluzas del 2 de diciembre al acudir a la proclamación de Susana Díaz como candidata a la Junta de Andalucía, escenificando que cualquier diferencia que hubiera entre ellos queda aparcada aunque tengan visiones distintas en algunas cuestiones. Con el PSOE en la Moncloa, «todos son de Pedro», como señalaron algunos afines al secretario general, y más aún si toca remangarse para unas elecciones, las primeras de Sánchez como presidente del Ejecutivo. Se tomaron de la mano, se dieron abrazos, y el líder socialista llegó a decir que el PSOE andaluz «es el espejo en el que nos miramos los socialistas», situando en la región donde gobiernan desde hace 36 años las raíces de la propuesta socialdemócrata. Un cierre de filas más llamativo por cuanto la batalla interna parece librarse ahora en el PP entre partidarios de Casado y la dirección regional.

En Sevilla, el presidente del Gobierno dejó ver que la estrategia de campaña pasa por un discurso más moderado, «de la alegría» frente al «lodazal» y los «tipos cenizos que vienen de Madrid a proclamar el apocalipsis», según lo definió Díaz, mientras PP y Cs se enzarzan en una lucha por liderar la derecha. A ese votante moderado apeló el líder socialista al pedir el apoyo de ambas formaciones a los Presupuestos «porque no pueden hacer oposición a costa del bienestar de los españoles». «Antes vetaban desde el Gobierno y ahora desde la oposición», lamentó.