Pedro Sánchez anunció ayer que hasta finales de este mes de agosto, o incluso principios de septiembre, no retomará las negociaciones para su investidura, prácticamente suspendidas desde el fracaso del pasado 25 de julio. Los socialistas llegarán a estas citas con una nueva propuesta, fruto de sus encuentros durante las últimas dos semanas con distintos colectivos de la llamada sociedad civil (sindicatos, asociaciones ecologistas, feministas y educativas…), y en la ronda de reuniones también incluirán a ERC y JxCat.

El presidente en funciones siempre ha argumentado que pedía la abstención al PP y a Cs porque no quería que la investidura dependiera de los «independentistas», cuyo concurso es imprescindible si Pablo Casado y Albert Rivera se mantienen en el «no es no».

Los socialistas, a través de su portavoz parlamentaria y vicesecretaria general, Adriana Lastra, ya se han reunido en un par de ocasiones con republicanos y neoconvergentes desde las generales del pasado 28 de abril, pero dejaban claro que no tenían nada que «negociar» con estas formaciones.

PARTIDOS «NACIONALISTAS»

Esta vez, en cambio, Sánchez dio a entender que ERC y JxCat, a quienes llamó partidos «nacionalistas» de Cataluña, no serían discriminadas respecto a otras fuerzas, dentro de una negociación que debería dar frutos antes del 23 de septiembre para evitar las elecciones. Sin embargo, fuentes de la Moncloa explicaron después que negociación, en realidad, solo habría con Podemos. Lo que se haría con republicanos y posconvergentes sería, dijeron, «una exposición».

El PP tardó poco en cargar contra la iniciativa. Según su vicesecretario de Participación, Jaime de Olano, Sánchez «se ha quitado la careta» al «blanquear» a republicanos y posconvergentes, llamándoles «nacionalistas».

El anuncio también contó, por motivos distintos, con el rechazo de Podemos, su principal destinatario, que quiere que las conversaciones se aceleren, algo que también habían pedido el día anterior CCOO y UGT, con quienes el líder socialista se citó en la Moncloa. «Sánchez se va a pasar agosto burlando la negociación -escribió en Twitter el responsable de Comunicación de los morados, Juanma del Olmo-. Es una tomadura de pelo a toda España, que espera que haya gobierno de una vez».

UNA «PROPUESTA ABIERTA»

Justo antes de comenzar una reunión con asociaciones culturales, el presidente en funciones anunció que su partido hará una recopilación de todas las aportaciones que ha recibido a través de sus encuentros, que servirá para alumbrar una nueva propuesta que hacer a los grupos parlamentarios.

«A finales de agosto o principios de septiembre tendremos preparada una propuesta abierta de un programa común progresista con la que hablaremos con los partidos susceptibles de apoyar una investidura del PSOE. Hablaremos con el PNV, hablaremos con el PRC, hablaremos con las fuerzas nacionalistas de Cataluña y lógicamente hablaremos también con Unidas Podemos para ver si podemos llegar a un acuerdo. Es una propuesta abierta. No vamos con un programa cerrado. Singularmente con Unidas Podemos. Se puede negociar sobre las políticas», señaló Sánchez ayer a los periodistas, dejando así claro que la negociación con los morados no incluirá la coalición que Pablo Iglesias sigue reclamando desde la celebración de las elecciones y los socialistas dan por enterrada.