Pedro Sánchez se enfrenta a un dilema cuya resolución determinará el alcance del cambio político en España. Cinco meses después de la moción de censura, el PSOE ganaría las elecciones con un importante aumento de votos, pero no lograría la mayoría absoluta con su aliado preferente, Pablo Iglesias, lo que le situaría ante una disyuntiva desasosegante: intentar atraer a los independentistas (algo que parece inalcanzable tras el portazo de ERC y PEDECat) para gobernar de nuevo al albur de podemistas, PNV y las fuerzas catalanas, o bien, apostar por un acuerdo que rebase los bloques ideológicos en aras de una mayor estabilidad (es decir, con Ciudadanos) en un tablero político volátil donde Vox entraría con hasta 5 escaños.

La encuesta del GESOP para EL PERIÓDICO confirma que el tándem Iglesias-Sánchez no despega. El incremento en intención de voto de los socialistas es meritorio, pero no logra contrarrestar el declive de Unidos Podemos. Y revela, también, que el PP y Cs tampoco suman absoluta y siguen empatados.

Según el estudio (elaborado en la última semana de octubre), el PSOE ganaría hoy las elecciones con el 25,3% de los votos, que se traducirían entre 106 y 109 diputados, lo que implica una subida de 24 escaños sobre las legislativas del 2016. El crecimiento de Sánchez es prácticamente igual a la bajada de Podemos (21). El partido de Iglesias se quedaría en el 16,1% del voto con una horquilla parlamentaria de 48 a 50 escaños, en una lógica de vasos comunicantes de suma estéril para la construcción de una mayoría absoluta. Las siempre apasionantes matrices de fugas ratifican la tesis de los bloques cerrados. El 15,7% de quienes votaron a Iglesias el 26-J elegiría ahora a Sánchez.

En la segunda posición, la pugna sigue sin resolverse: continúa el empate técnico entre PP y Ciudadanos. El partido de Albert Rivera, conseguiría el 21,8% de los sufragios, algo por encima del 21,3% de Pablo Casado. Sin embargo, el viejo sistema electoral bipartidista permite a los conservadores capitalizar con mayor eficacia ese resultado. El PP obtendría entre 89 y 93 diputados, una bajada de 44-48 escaños buena parte de los cuales (19,7%) irían a parar a Ciudadanos, que conseguiría entre 73 y 75.

En quinta plaza, tras Podemos, ERC aumentaría su presencia al calor del conflicto catalán y pasa de 9 parlamentarios a 13-14. El PDECat sale peor parado y perdería dos o tres diputados. Y lo que era un runrún toma cuerpo. La ultraderecha entraría en el Congreso. Vox tendría entre 3 y 5 escaños, a lomos de exvotantes de Cs.

DOS ESCENARIOS

Los datos del GESOP reflejan que el trasvase de votos queda encerrado dentro de cada bloque ideológico sin mayorías suficientes y, por lo tanto, el tablero político sigue estancado en dos trincheras donde el fuerte ruido de sables no se traduce en nuevo terreno conquistado.

En estas condiciones, si Sánchez no logra atraer al independentismo para que vuelva a apoyarle, solo le quedaría como alternativa para la mayoría absoluta pactar con Ciudadanos. A fin de cuentas el presidente ya llegó a un acuerdo con el líder liberal en su investidura fallida (2016). Entonces, la suma entre los dos partidos no era suficiente y necesitaban a Iglesias, que se negó a abstenerse y provocó una repetición electoral que, a juicio de los estudios, sus simpatizantes no le han perdonado. Según la encuesta del GESOP, ahora Sánchez y Rivera ya no necesitarían a Podemos para tener mayoría absoluta. Suman solos.

CATALUÑA APRUEBA AL PRESIDENTE

El sondeo confirma a Sánchez como el líder mejor valorado, aunque su nota baja respecto a la que obtuvo en junio, cuando llegó a la Moncloa. Pasa del 4,9 al 4,4. Al igual que se observa en la intención de voto, los apoyos al jefe socialista son más sólidos en la población mayor de 60 años.

En segunda posición, Rivera, que sigue perdiendo décimas en el camino y recibe su peor calificación de la serie. En las elecciones del 2015 encabezaba la lista con un 5,4 y ahora se queda en un 4,1, aunque sigue siendo el que recibe mayor aplauso de sus votantes. En el otro extremo, Iglesias, que suspende y es el líder peor valorado por su propio electorado. Obtiene un 3,7, dos décimas más que en junio. Y otro dato significativo que contribuye a explicar las fugas de votos hacia el PSOE. Los votantes de Unidos Podemos valoran mejor a Sánchez (5,6) que los socialistas a Iglesias (4,4).

Casado queda último (3,4), mejor valorado por jubilados y electores con nivel de estudios bajo. Es el dirigente que mayor polarización despierta (recibe mayor número de ceros y de dieces).

La encuesta del GESOP revela movimientos de calado en la arena catalana. ERC sería la primera fuerza en unas elecciones generales y ampliaría su presencia en el Congreso (de 9 a 13-14 diputados) con un aumento del 3,8% del voto. La fuerza que más crecería, sin embargo, sería el PSC, que lograría una remontada de 4,3 puntos y 10 escaños, su mejor resultado desde el 2013. Tanto el aumento de los republicanos como el de los socialistas se nutre fundamentalmente del desplome de los comuns, que caen en 4,5 puntos y se quedarían con 3 diputados menos en Madrid. El PDECat perdería entre dos y tres escaños y el PP otros tres.