El expresidente de la Assemblea Nacional Catalana (ANC) y diputado electo de Junts per Catalunya, Jordi Sànchez, intenta apartar de la Sala del Tribunal Supremo al magistrado designado como ponente de la resolución que resolverá su recurso contra la negativa del juez Pablo Llarena a autorizarle a asistir al Parlament. El propio Llarena fue portavoz de esta asociación, al igual que muchos jueces del alto tribunal, lo que hace difícil que el incidente prospere.

Se trata de Francisco Monterde, al que recusa por figurar como vicepresidente de la Asociación Profesional de la Magistratura (APM), que considera que este colectivo, mayoritario entre los jueces, es especialmente hostil a las vías unilaterales, según consideran que demuestran los tuits de la asociación en su vertiente catalana.

La recusación se presenta ahora, porque ayer se comunicó a la defensa de Sànchez, que ejerce el abogado Jordi Pina, que los magistrados que resolverán su recurso contra la prohibición de asistir a los plenos del Parlament serán Miguel Colmenero, Alberto Jorge Barreiro y Monterde, nombrado ponente de la resolución que se dictará finalmente.

La recusación sostiene que la APM" ha venido difundiendo en los últimos meses numerosos mensajes que no sólo denotan un abierto rechazo hacia la ideología política que defienden" Sànchez "y otros encausados en las presentes diligencias, sino que acreditan también evidentes prejuicios respecto de la responsabilidad" del expresidente de la ANC "a propósito de los hechos" investigados en la causa por rebelión, sedición y malversación.