Pedro Sánchez se reunirá el próximo martes con Pablo Iglesias, a las doce del mediodía, y con Pablo Casado, a las cinco de la tarde en la tercera ronda de negociaciones oficial para desencallar la investidura. Albert Rivera ha declinado la invitación del candidato, un plantón que el PSOE considera «una falta de decoro institucional sin precedentes».

Faltan menos de tres semanas para el debate parlamentario, que tendrá lugar el 22 y 23 de julio (con una segunda votación el 25, donde solo se necesita mayoría simple) y las posiciones del PSOE y Podemos siguen estando muy alejadas, con los morados reclamando su entrada en el Consejo de Ministros, donde quieren que Iglesias ostente un puesto destacado, y los socialistas dispuestos solo a hacerles un hueco en cargos intermedios, como direcciones generales y empresas públicas.

«Hay bases sólidas para llegar a un acuerdo tal y como hemos demostrado en estos últimos 12 meses. España necesita un Gobierno progresista en plenitud de funciones en julio», señalaron ayer fuentes socialistas tras anunciar la reunión.

Los colaboradores de Sánchez insisten en que el presidente en funciones ya se ha movido, al desistir de su plan original de conformar un Ejecutivo monocolor, como el que salió de la moción de censura a Mariano Rajoy, y emplazan a Podemos a acercar posiciones, aparcando su exigencia de contar con ministros.

ENTREVISTA EN TELECINCO / Los morados, en cambio, señalan que sus 42 diputados, algo más de un tercio de los que tiene el PSOE, son imprescindibles para la reelección de Sánchez, y que en varias autonomías con un equilibrio de fuerzas similar, como Baleares y la Comunidad Valenciana, se han formado gobiernos de coalición. «Hay una cierta obsesión con los sillones por parte del PSOE, que no quiere soltar ni uno», dijo Iglesias ayer en el Congreso.

En una entrevista concedida anoche a Telecinco, el presidente en funciones replicó hoy al líder de Podemos, Pablo Iglesias, que España no necesita un «cogobierno» ni tampoco «dos gobiernos en uno» de cara a un futuro acuerdo de investidura entre ambos partidos.

Sánchez siguió apostando por un Gobierno de «cooperación» y que gestione «desde la izquierda» con Unidas Podemos pero que, al mismo tiempo, no dependa del «capricho» de los partidos independentistas. Por ello, volvió a instar al PP y a Ciudadanos, «que se dicen partidos de Estado», a que no bloqueen la investidura y permitan su Gobierno.

Tras recordar que fueron las fuerzas independentistas las que provocaron un adelanto electoral e «hicieron caer» al Gobierno de España, el jefe del Ejecutivo insistido en que «no se puede hacer descansar la gobernabilidad» del país en esas formaciones.

Sobre Albert Rivera, Sánchez afirmó que Cs «ha ligado su futuro político más inmediato» al partido de «ultraderecha» Vox y al PP por sus acuerdos en autonomías y municipios. «tiene un contrato con el PP» y «un subcontrato con Vox» para «institucionalizar» gobiernos autonómicos y municipales a semejanza de la polémica foto de la Plaza Colón en Madrid. También acusó a Cs de atarse a estos partidos «con ese cordón sanitario» con el que veta al PSOE.