Horas después del encuentro en el que Pedro Sánchez y Quim Torra iniciaron el deshielo del diálogo territorial, los candidatos del PP aprovecharon para endurecer sus posiciones ante los independentistas catalanes y ante los compromisarios que los votarán en el congreso extraordinario. Soraya Sáenz de Santamaría, la ganadora de las primarias y otrora diseñadora de la operación diálogo con los soberanistas, llegó a denunciar que los que defienden la ruptura de España practican en Cataluña el «apartheid», una palabra que nunca utilizó mientras estuvo en el Gobierno central. Pablo Casado recuperó una idea que ya lanzó en la sede de Génova el pasado octubre: la ilegalización «urgente» de los partidos independentistas.

El diputado palentino declaró en una entrevista en TVE que las constituciones de Francia, Alemania y Portugal no permiten la existencia de fuerzas independentistas, aunque eso no es del todo cierto. Solo en el último caso, el país vecino incluyó en su Carta Magna de 1976 la prohibición de los partidos regionalistas y lo hicieron por temor a que, tras la dictadura salazarista, las islas se quisieran independizar. En Alemania y en Francia no están prohibidas y hay formaciones separatistas.

RECELOS EN SU CANDIDATURA / Casado considera que su propuesta, que despierta recelos incluso en su candidatura, entre otros en el diputado por Álava Javier Maroto, hay que llevarla a la práctica cuanto antes porque aunque «no hay violencia» sí que hay, en su opinión, «coacciones a la libertad, amenazas, los niños sufren en las escuelas, se pintan tiendas y se hacen escraches». También defendió la necesidad de tipificar el delito de sedición impropia (separar un territorio sin violencia ni actitudes tumultuarias) y volver a incluir el delito por convocar un referéndum ilegal.

La exvicepresidenta reclamó «firmeza» a Sánchez ante Torra y le advirtió: «El apaciguamiento con esa gente no existe porque en Cataluña practican el apartheid». Santamaría, ejecutora del 155 y pilar de la estrategia jurídica contra la Generalitat durante años, fracasó en una operación diálogo que ahora parece querer olvidar al decir que solo se reunió dos veces con el entonces vicepresidente Oriol Junqueras.

SAN GIL, «ILUSIONADA» DE NUEVO / En paralelo a este argumentario político contra los independentistas, la ganadora de las primarias siguió en su intento de querer integrar a Casado en una lista conjunta que parece difícil en estos momentos. El diputado palentino sigue de campaña y sumando apoyos. Este martes logró que la expresidenta del PP vasco María San Gil acudiera a uno de sus actos y dijera que ha recuperado la «ilusión» de militar en ese partido gracias a él. San Gil abandonó la presidencia de la formación en Euskadi porque vio que «se empezaba a desdibujar y aparcaba en un altillo» los «principios y valores» por los que muchos de sus militantes se jugaban la vida.

EN BUSCA DEL APOYO DE FEIJÓO / Casado, a la espera de que se visualice el respaldo de los defensores de María Dolores de Cospedal, con algunos de los cuales ya está trabajando discretamente, según fuentes de la candidatura del diputado, se ha preparado un acto con los compromisarios gallegos y Alberto Núñez Feijóo hoy en Santiago. Todas las cámaras estarán pendientes del presidente de la Xunta, que hasta ahora ha mantenido una posición neutral.

También dice estar en territorio de nadie el coordinador general, Fernando Martínez Maillo, pese a que se muestra en contra de un cara a cara que Casado reclama y Santamaría descarta por ahora. Según fuentes del PP, el coordinador vela por «el bien del partido» y trata de evitar que «se descuarticen en prime time». Algunos dirigentes del PP también se han mostrado contrarios al debate. «Ya vendrá el momento de debatir», dicen.