La letrada de la Administración de Justicia del Juzgado de Instrucción número 13 de Barcelona (antes secretaria judicial), Monserrat del Toro, declaró ante el tribunal con todo lujo de detalles cómo vivió la principal jornada en la que se basa la acusación fiscal de rebelión: la del 20 de septiembre mientras registraba la Consejería de Economía. A preguntas del fiscal Javier Zaragoza relató cómo hacia las nueve y media de la noche, cuando desde la azotea vio la magnitud de la manifestación que había a las puertas, sintió «miedo, como cualquier ser humano». «Me tienes que sacar de aquí, no podemos salir por la puerta principal, no hay salida», aseguró haberle dicho al magistrado Juan Antonio Ramírez Sunyer, ya fallecido, poco antes cuando recuperó la cobertura del móvil, ya con los registros terminados. «No te preocupes, te voy a sacar», le respondió él.

Previamente había explicado cómo en la primera hora de los registros del 20 de septiembre «ya había visos de que se iba a desbordar la situación» y que el teniente de la Guardia Civil que la acompañaba le dijo que la intendente de los Mossos Teresa Laplana había considerado «innecesario» adoptar medidas de seguridad cuando se le pidió, porque «no había desórdenes públicos» y los efectivos que había eran «suficientes». Y ello acabó impidiendo el acceso de los detenidos titulares de los registros que se iban a hacer, porque las condiciones «impuestas» por el entonces presidente de la Asamblea Nacional Catalana, Jordi Sànchez, para que accediera por un pasillo de civiles «no eran asumibles».

En una declaración muy detallada, Del Toro, cuya imagen no se retransmitió para evitar ser reconocida, explicó que incluso «era imposible pedir comida al exterior».

teléfonos colapsados /La secretaria explicó que los teléfonos se colapsaron por la aglomeración del exterior y desde las cuatro de la tarde no podía contactar con el exterior, lo que impedía hablar con el magistrado. Los registros, según su versión, concluyeron pasadas las nueve de la noche. En ese momento, el teniente se reunió con Sànchez y el presidente de Òmnium Cultural, Jordi Cuixart, momento en el que el líder de la ANC le dijo al primero que «no podía hacer nada por retirar la gente».