Un sector del PSOE quiere aprovechar el 36º congreso federal del partido, que se celebrará el primer fin de semana de julio, para clarificar la política autonómica que defenderán los socialistas una vez superado el proceso de reformas estatutarias que se llevará a cabo en esta legislatura. Ese sector está culminando una enmienda, que presentará a debate en el cónclave socialista, para establecer la postura a seguir tras el proceso de reformas, ya que considera que una vez aprobados los nuevos estatutos se deben dar por concluidos los cambios para dotar de "estabilidad" al modelo autonómico.

"PASO ADELANTE" La ponencia marco que discutirá el cónclave dedica apenas una de sus 60 páginas a hablar del Estado de las autonomías. El texto proclama que el PSOE ejercerá de "actor principal" en las reformas estatutarias que se planteen en esta legislatura. Habla de "dar un paso adelante en la construcción del Estado autonómico" a través de reformas de las máximas leyes autonómicas, para "ampliar el margen de actuación" de los gobiernos autonómicos y "mejorar su autogobierno". Pero no concreta si el desarrollo del Estado autonómico debe seguir abierto o concluir en algún punto.

El 36º congreso, que todas las fuentes consultadas prevén como "un paseo" para Zapatero, potenciará el consejo territorial, que incluirá a los presidentes autonómicos. El consejo debatirá las cuestiones sensibles para las autonomías.

Las federaciones andaluza y catalana son las que tendrán más peso en el cónclave. Prueba de ello es que, por ejemplo, el ministro Montilla y Carme Chacón, del PSC, se mantendrán en la dirección del partido, a pesar de que ésta, por deseo de José Luis Rodríguez Zapatero, reducirá su tamaño para mejorar la eficacia.

Los socialistas andaluces, por su parte, reclamarán colocar a uno de los suyos en la secretaría de organización, en manos de José Blanco. Para materializar este esquema, Blanco sería elevado a un cargo inferior al de Zapatero como vicesecretario o coordinador general.