La huelga de hambre iniciada por los presos Jordi Sànchez y Jordi Turull en la cárcel de Lledoners ha llevado a ciertos sectores de Junts per Catalunya a aprovechar la coyuntura para presionar otra vez a ERC a favor de la lista unitaria, idea posconvergente que siempre han visto con recelo los republicanos. Junts per la República, asociación que aglutina a una parte de los diputados independientes de JxCat, sostuvo ayer que, ante esta situación, es necesario que la acción política independentista se lleve a cabo con unidad alrededor de la Crida Nacional per la República, que impulsa el expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont, huido a Bélgica.

Además, apunta que el "reto más importante" que se debe afrontar en los próximos meses es que en las elecciones municipales ganen el máximo posible de candidaturas partidarias de la «república catalana, y en especial recuperar Barcelona para la causa republicana».

El exdiputado de Junts pel Sí Lluís Llach también dejó caer a través de Twitter que sería conveniente que la unidad mostrada por los políticos encarcelados se traslade a las instituciones y al Govern: "Tenemos dos magníficos candidatos a la presidencia de la Generalitat en huelga de hambre. ¿Qué más tiene que pasar para remar juntos?". A esta presión a ERC se sumaron alguna conocida figura de la órbita posconvergente, como Pilar Rahola.

De momento, JxCat y ERC están negociando acciones conjuntas de apoyo a Sànchez y Turull. El grupo de Puigdemont pretende impulsar desde hoy un "ayuno encadenado". Y más de 176.000 personas habían firmado anoche el manifiesto de apoyo a la huelga de hambre.