El juez Garzón dictó hace dos años un auto en el que suspendía todas las actividades de Batasuna, por considerar que había sido creada por ETA "para completar la acción terrorista". El proceso ha dejado a la coalición radical fuera de casi todas las instituciones. Batasuna intenta mantener el peso político aferrándose al plan Ibarretxe , pero acusa los efectos de pérdida de financiación y capacidad movilizadora.