Los mayores titulares que solía llevarse el Senado hasta la aplicación del artículo 155 de la Constitución se referían al veto de proyectos de ley que posteriormente aprobaba el Congreso o a las propuestas de reforma que después quedaban relagadas a un recóndito cajón. En el último bloque se encuadra aquel plan del PSOE de remozar la Cámara alta y llevarla a Barcelona. En el primero cabe recordar cuando el PP y algunos grupos nacionalistas tumbaban los presupuestos del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero o cuando a propuesta de Unió --y con los votos populares, de cuatro senadores de CiU y de uno del PAR-- se rechazó la ley del matrimonio homosexual, que vio la luz gracias a la mayoría progresista en la Cámara baja.

(Otro) sistema imperfecto

Como siempre, la elección de los 266 senadores actuales se llevó a cabo mediante un sistema mixto: 208 escaños fueron elegidos en las urnas el 26 de junio del 2016 y el resto los designaron los parlamentos autonómicos. En los comicios al Senado, los candidatos más votados ocupan por orden los escaños a repartir, cuatro por provincia en la España peninsular, dos en Ceuta y Melilla, tres en las islas mayores y uno en las menores.

Salvo las excepciones insulares y de las ciudades autónomas, cada elector puede votar a un máximo de tres candidatos. Da igual la demarcación en la que resida, lo que conlleva notables desequilibrios. Por ejemplo: el senador más votado en Soria (la provincia menos poblada de España) obtuvo la plaza con 21.004 votos. En cambio, el cuarto y último senador que accedió a un escaño en Madrid tuvo que recabar 720.901 papeletas. Extrapolada esa situación al conjunto del país el resultado es que partidos como Ciudadanos se han quedado sin escaños por elección directa al colocarse siempre por debajo del cuarto lugar pese a obtener centenares de miles de votos. Otras fuerzas con muchas menos papeletas pero que concurrían en territorios menos poblados sí que obtuvieron alguna plaza.

El caso catalán

Representando a Catalunya hay un total de 16 senadores electos y ocho que fueron designados por el Parlament. De los primeros, una decena fueron candidatos de ERC, una de las beneficiadas por el sistema electoral. Demostración: sumados los votos a sus 12 primeros candidatos (tres por provincia), los republicanos obtuvieron alrededor de 1.920.000 apoyos. Sí. Fueron cerca de 400.000 votos más que el PSC (1.550.000 en total), pero es que Esquerra consiguió 10 escaños y los socialistas no obtuvieron ni uno (el único que tienen, el de José Montilla, es por designación del Parlament). En cambio, Convergència, con 1.420.000 votos aproximadamente, logró hacerse con dos sillones, uno en Lleida y otro en Girona, a los que se suman otros dos por designación parlamentaria. Los socialistas, como el PP y C's, pagaron el hecho de que la mayoría de cruces a su favor en la papeleta salmón las recabaron en la provincia de Barcelona pero sin superar en el podio a los comuns ni a los republicanos.

Con esos mimbres, al menos 21 senadores catalanes han confirmado que votarán en contra del 155 y solo dos (el popular Xavier García Albiol y el naranja Xavier Alegre, ambos nombrados por el Parlament) lo harán a favor. Montilla aún no se ha pronunciado.

Feudo popular

La cámara de representación territorial (así la llaman también) no es que genere gran afición entre el electorado. Prueba de ello es que en las elecciones acostumbra a cosechar una abstención superior a la del Congreso. A la vista de los resultados, el PP es el partido que sale favorecido de esa menor participación. Siempre con porcentajes de voto globales inferiores al 40%, los conservadores tienen mayoría en la Cámara alta desde 1993 y absoluta desde el año 2000. La mayor ventaja respecto al resto de grupos la consiguieron en el 2011.

Balneario de políticos

También era conocido el Senado por ser el balneario de políticos veteranos. En la actualidad tienen escaño por ejemplo los expresidentes autonómicos del PP José Ramón Bauzá (Baleares), Luisa Fernanda Rudi (Aragón), Alberto Fabra (Comunitat Valenciana), Juan José Imbroda (Melilla), Pedro Sanz (Rioja) y los socialistas Montilla, Joan Lerma (Comunitat Valenciana), Francesc Antich (Baleares) y Marcelino Iglesias (Aragón). También hay exministros como Javier Arenas o exconsellers como Josep Lluís Cleries (CDC) y hasta el exdirector general de la Policía Ignacio Cosidó. Todos ellos muy bien remunerados. El sueldo base de un senador es de 2.842,05 euros al mes (cuatro céntimos más que el de un diputado). A partir de ahí hay que sumar 1.840,60 euros mensuales para quienes residen fuera de Madrid (877,78 para quienes viven en la capital) más otros complementos.