El silencio sigue siendo el arma utilizada por el Partido Popular para defenderse del culebrón de los audios entre la exsecretaria general de la formación, María Dolores de Cospedal, y el excomisario José Manuel Villarejo. Ni apoyo, ni rechazo. Ese parece ser el equilibrio que intentan mantener las líneas populares a la espera de que salgan nuevos audios que puedan decantar la balanza.

La situación de Cospedal, tras revelarse que le pidió a Villarejo un "dossier pagado" sobre el exministro de Trabajo, Javier Arenas, empieza a ser "preocupante" para algunas voces dentro del partido. Sin embargo, la orden es precaución y paciencia para evitar males mayores. Una línea que el presidente del partido, Pablo Casado, cumplió este viernes a la perfección en la inauguración de la 24 Unión Interparlamentaria popular en Málaga, donde evitó, en todo momento, referirse a Cospedal o a los audios de Villarejo.

DOBLE JUEGO

Esta actitud adoptada por los conservadores responde a un doble juego. Siempre con la insistencia de que, ‘a día de hoy’, la exsecretaria general no ha cometido ningún acto constitutivo de delito, los populares evitan ofrecer su apoyo explícito para salvaguardarse de lo que pueda venir en un futuro. Y es que la semana que viene se espera que lleguen nuevas entregas de los audios grabados por el expolicía que puedan poner sobre la mesa hechos de mayor gravedad.

Como contrapeso a esa falta de apoyo se observa una ausencia total de dirigentes del partido que pidan la dimisión de Cospedal. Y es que Casado no quiere arriesgarse a cometer una "injusticia" con la dirigente popular que le apoyó en las primarias a la presidencia del partido cuando se posicionó en contra de Soraya Sáenz de Santamaría.

Un miedo que el líder conservador tiene desde el 2016, cuando el anterior presidente del partido, Mariano Rajoy, ordenó a la exalcaldesa de Valencia, Rita Barberá, que abandonara las filas conservadoras por su relación con el ‘caso Nóos’. La senadora, que falleció dos meses después de darse de baja del PP en septiembre de ese año, acabó siendo absuelta de todos los cargos.

La solución a este conflicto de intereses parece clara para una parte del partido que cree que Cospedal debe dar un paso atrás y dejar su escaño de diputada para no perjudicar a la formación. La credibilidad del partido parece estar en juego para este sector de los conservadores que ve en las grabaciones una "pérdida de prestigio".

COMPARACIONES CONTINUAS

Tan solo el actual secretario general y sucesor de Cospedal, Teodoro García Egea, se lanzó a hablar con los periodistas sobre las grabaciones difundidas, aunque con la intención de pasar la pelota al terreno del PSOE. Una vez más, el popular quiso comparar la situación de la ministra de Justicia, Dolores Delgado, que, en su opinión, "ha mentido" sobre Villarejo, y la de Cospedal, que "ha dicho siempre la verdad".

En las comparaciones han encontrado los conservadores su principal herramienta para restar importancia a los audios de Cospedal. Desde que salieron las primeras grabaciones, el PP recurrido de manera insistente a las "mentiras" de la ministra de Justicia sobre su relación con Villarejo para restar importancia a los audios de la exsecretaria general. De esta manera han querido poner distancia entre los dos casos, asegurando que mientras Delgado permanezca en la bancada azul se aplicará el mismo rasero a Cospedal.

¿CUMPLÍA CON SU OBLIGACIÓN?

La defensa que empleó Cospedal este viernes, en una entrevista en la COPE, sobre el dossier que su marido, Ignacio López del Hierro, solicitó a Villarejo a cerca de la relación de Arenas con el ‘caso Gürtel’ fue clara: "Estaba cumpliendo con mi obligación". Su responsabilidad como dirigente del PP fue la línea básica de su argumentación: "Recién llegada al PP, nosotros queríamos saber qué ocurría ahí para hacer nuestra obligación como partido". Sin embargo, esto choca dentro de la formación conservadora donde ven con no entienden por qué Cospedal pidió investigar al exministro de Trabajo cuando no tenía relación con el ‘caso Gürtel’.

Además, Cospedal quiso restar importancia a los nuevos audios que publicó el diario digital ‘Moncloa.com’ sobre los "trabajos" que solicitó al excomisario. "No hubo ninguna aportación de información posterior, ni hubo nada. No hubo ningún pago", insistió para intentar despejar cualquier sombra de sospecha.

La Fundación de Estudios Europeos, creada por el PP en 1996 es el punto de unión que, tanto Villarejo como Cospedal, establecieron entre Arenas, el extesorero Luís Bárcenas y el exeurodiputado popular Gerardo Galeote. Una fundación que la fiscalía sostuvo, tiempo después, que era utilizada por Bárcenas para pasar al PP los gastos de sus viajes.

Por lo que, a la espera de nuevos audios, el PP seguirá en silecio, esperando a que Cospedal dimita.