La fragata Almirante Juan de Borbón , la más moderna de la Armada, ya tiene su bandera de combate. El comandante del buque, el capitán de fragata Manuel Garat, la recibió ayer en el muelle de Barcelona de manos de la infanta Pilar, hermana del Rey, que ejerció de madrina, durante una solemne ceremonia presidida por los Monarcas.

Al acto asistieron también los príncipes de Asturias, los Duques de Soria, el presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall, los ministros de Defensa, José Bono, y de Industria, José Montilla, y otras autoridades civiles, militares y eclesiásticas. Ningún representante de ERC, que forma parte del equipo de gobierno municipal, ni de CiU hizo acto de presencia.

El anfitrión, el alcalde de Barcelona, abrió el turno de los discursos con una intervención en la que alternó el uso del catalán y el castellano. Joan Clos glosó la figura de Juan de Borbón, padre del Monarca, y su vinculación con Barcelona y, además de meter con calzador una referencia al Fórum, exaltó los valores del diálogo y la convivencia.

"Barcelona quiere que la bandera que ofrece hoy sea un estandarte de paz", dijo el alcalde, antes de expresar su deseo de que la enseña, como ha sucedido con las entregadas por las Diputaciones catalanas a la fragata Cataluña y al buque Dédalo , regrese a Barcelona sin ser usada, lo que implicaría que no ha entrado en combate. "Es su mejor destino".

"Devoción" por la ciudad

De negro, con mantilla y peineta, como marca el protocolo, la infanta Pilar subrayó la "devoción" con la que su padre, el conde de Barcelona, quiso a la ciudad y agradeció el honor de que uno de los mejores barcos de la Armada lleve su nombre. Inicialmente, el navío debía llamarse Roger de Lauria , pero el Rey insistió en que se denominara como su progenitor.

El ardor guerrero y el amor patrio llegó a su cénit de la mano del comandante del buque. "¡Sobre todo, España", proclamó, repitiendo la frase que en 1977 pronunció Don Juan cuando traspasó sus derechos dinásticos a Juan Carlos. La frase es el lema que la fragata "luce orgullosa" en su escudo y que su tripulación, según Garat, defenderá "hasta perder la vida" si es preciso.

El acto concluyó con una recepción en el buque Galicia , atracado en el mismo muelle. Allí, como colofón, el Rey brindó "por Cataluña y por España".