Ordenar a sus eurodiputados no dar apoyo a Jean-Claude Juncker para presidir la Comisión Europea. Esa ha sido la primera decisión de Pedro Sánchez como secretario general in péctore del PSOE (oficialmente no lo será hasta que no reciba las bendiciones de los delegados del partido en el congreso de finales de julio), un gesto que ha levantado polvareda dentro y fuera de su propia organización. «Confirmo que los 14 eurodiputados del PSOE votarán no a Juncker. No apoyaremos al padre de las políticas austericidas», confirmó el nuevo jefe de los socialistas españoles a través de un tuit. Con sus más y sus menos y un «larguísimo debate» de fondo, la delegación de socialistas españoles terminó por asumir una directriz que incomodaba especialmente a su dirección, encabezada por Elena Valenciano.

De hecho, quien fue de número dos en la candidatura del PSOE a la UE, Ramón Jáuregui, admitió ayer que no era una decisión «fácil», dado que el Grupo Socialista Europeo en el que están integrados los españoles había arrancado compromisos a Juncker en relación, por ejemplo, a las políticas de empleo juvenil tras negociaciones y reparto de cargos en las últimas semanas. Matizó no obstante que ahora tenían un nuevo jefe y un «mandato» de dar la espalda a Juncker y que, además, esa postura era «coherente» con la «pasión» que el PSOE puso en campaña a la hora de rechazar la estrategia de los conservadores ante la crisis.

LA CÓLERA POPULAR / La orden se consumó, los socialistas españoles rompieron la disciplina de su grupo en el Europarlamento y votaron no. La reacción del PP no se hizo esperar: se achacó a Sánchez «inexperiencia» y exhibición de una actitud «infantil y zapaterista». Se acusó al PSOE de «traicionar» el acuerdo «escrito» por el que los conservadores respaldaban a Martin Schulz para que presidiera la Cámara europea a cambio de que ellos apoyaran a Juncker para la Comisión.

Los populares se sentían ayer llenos de razón para arremeter contra un PSOE que ha virado a última hora y no ha optado por «taparse la nariz», según expresión de un dirigente del PP, a la hora de votar en pro de los pactos. Pero lo cierto es que los eurodiputados del PSOE no fueron los únicos españoles que votaron ayer en contra de Juncker: hicieron lo propio 28 de los 54 parlamentarios procedentes de España.

Al rechazo de los socialistas se sumó también el de IU, ICV, Podemos, ERC y Compromís. En UPD, Beatriz Becerra y Mayte Pagazartundua optaron por la abstención (la consigna de Rosa Díez), mientras que Francisco Sosa Wagner y Fernando Maura decidieron apoyar a quien ya es nuevo presidente de la Comisión, lo mismo que hizo el PP, Unió, PNV y Ciutadans. Convergència se abstuvo.