Entre todas las fechas importantes de aquí a las elecciones del 28 de abril, el 8 de marzo, viernes, ocupa un lugar muy especial en el PSOE y el Gobierno. Tradicionalmente vinculados a la lucha por los derechos de la mujer, los socialistas consideran que los paros y manifestaciones convocadas por toda España servirán para apuntalar su ventaja frente a sus adversarios en la derecha.

El presidente, que ayer firmó la disolución de las Cortes y la convocatoria de las elecciones generales para el 28 de abril, al igual que el PSOE, se vuelca estos días en el apoyo a la cita. Quizá la muestra más clara sea el vídeo distribuido el domingo por la Moncloa. En él, Pedro Sánchez y todos los ministros reivindican el 8-M, en cuya manifestación en Madrid participará la vicepresidenta, Carmen Calvo, y puede que también el presidente. «Es tiempo de mujeres frente a quienes niegan las necesidades de políticas para su seguridad, frente a quienes pretenden retrotraernos a otros tiempos y frente a quienes sienten nostalgia en blanco y negro y quieren arrebatar a las mujeres su protagonismo en nuestra sociedad», señala en el vídeo.

Todos esos «quienes», a ojos del líder socialista, son el PP, Ciudadanos y Vox. Con Podemos en horas bajas, ya muy lejos de representar una amenaza a su hegemonía en la izquierda, los socialistas dan por hecho que serán el partido con más voto femenino.

Si no logran mantenerse en la Moncloa y hay un pacto de las derechas similar al de Andalucía, los avances para la mujer, señalan en el PSOE, «están en peligro». En especial, continúan, por Vox, que quiere derogar la ley de violencia de género, acabar con el aborto libre y gratuito y suprimir los «organismos feministas radicales subvencionados». Pero también por el PP. El líder conservador, Pablo Casado, ha copiado parte del discurso de la extrema derecha («denuncias falsas», «chiringuitos que viven de las ayudas»…) y es contrario a la interrupción del embarazo porque «es bueno que las mujeres sepan que lo que llevan dentro es una vida autónoma». Aquí Cs va por otro lado. Los naranjas abogan por el «feminismo liberal», pero son partidarios de legalizar bajo ciertas circunstancias una práctica tan polémica como los vientres de alquiler.

«Yo no sé qué le pasa a la derecha con las mujeres -dijo Sánchez ayer en Granada, donde participó en un mitin con Susana Díaz. ¿Qué unidad de España quieren con ciudadanos de primera y ciudadanas de tercera? Presentar un proyecto político en contra de las mujeres es perder seguro, porque quien lo presente va a ser expulsado por las mujeres».