Fiel a un guión consensuado entre el Gobierno central y la Generalitat de Cataluña, Javier Solana avaló ayer, en nombre de la Unión Europea (UE), que catalán y valenciano son dos denominaciones de una misma lengua. Como secretario general del Consejo de la UE, Solana remitió ayer a los 25 ministros de Exteriores comunitarios una nota oficial en la que, aunque con una fórmula alambicada, da fe de que el pasado 4 de diciembre José Luis Rodríguez Zapatero le hizo entrega de la traducción de la Constitución europea en tres (no cuatro) lenguas cooficiales en España: gallego, euskera y catalán.

La nota, pese a que será recibida por todos los ministros de Exteriores de la UE, tenía sobre todo como objetivo echar un cabo a Zapatero para que éste pueda poner fin en España al conflicto que él mismo desató ese 4 de diciembre al entregar cuatro (no tres) copias de la Constitución europea. La versión catalana tenía dos copias idénticas, una entregada por la Generalitat valenciana y otra por la Generalitat de Cataluña, que asumió como propia la variante que se habla en Valencia.

Con su acción, el presidente del Gobierno desencadenó una enérgica protesta del Gobierno catalán. Desde entonces, la batería de aclaraciones realizadas por el Gobierno español no sólo no han resuelto el conflicto, sino que en ocasiones han alimentado el fuego.

DISCRECION Para resolver el caso, con extrema discreción el secretario de Estado de comunicación, Miguel Barroso, y el conseller en cap de Cataluña, Josep Bargalló, han diseñado una suerte de hoja de ruta en la que la irrupción en escena de Solana ha sido sólo el primer paso. La nota del secretario general del Consejo de la UE permitió ayer que la Generalitat catalana expresara su satisfacción y, con ello, aliviara de presión la olla. Eso, a pesar de que el escrito de Solana no es precisamente directo. Aunque certifica la unidad de la lengua, se resiste a darle un solo nombre: la lengua es "denominada valenciano en la Comunidad Autónoma de Valencia y catalán en la Comunidad Autónoma de Cataluña".

Sin embargo, para la Generalitat valenciana --gobernada por el PP-- el conflicto no está resuelto, ni tampoco para CiU, que ayer insistió en que todos los gestos le parecen pocos. Formalmente tampoco ERC dio por zanjada la crisis. Los republicanos esperan que el Ejecutivo responda en breve a la carta de Solana.