Tres de entre una larga cuarentena. Esta desigual relación de fuerzas entre los defensores del a la Constitución europea y los que jalean el voto en contra obligó a Artur Mas a abandonar la neutralidad con la que acudió la tarde del lunes a la reunión de la ejecutiva de Converg¨ncia. Para dar satisfacción a esa apabullante mayoría, el secretario general enmendó su propio texto para dejar claro que CDC, de entrada, no apoya el Tratado de la UE y advertir de que persistirá en esta actitud si no hay un reconocimiento de Cataluña en el terreno institucional y lingüístico.

El debate se prolongó por espacio de seis horas. Sólo el eurodiputado Ignasi Guardans, el senador y exeurodiputado Carles Gas²liba y el exconsejero Antoni Fernández Teixidó renegaron de la posibilidad de que Converg¨ncia dé la espalda a la Constitución europea. La opinión del resto de dirigentes osciló entre el no a secas, posición que Mas juzgó inconveniente para el partido y para Cataluña, y el no condicionado.

Jordi Pujol, que había guardado hasta el lunes un escrupuloso silencio, se alineó con la tesis de Mas y, ya en la recta final de la ejecutiva, advirtió de que la decisión que adopte el congreso compromete a todos los dirigentes. Igualmente, afeó la actitud de los que, como Guardans, afirman que no pueden votar en contra porque coincidirían con el ultraderechista francés Jean-Marie Le Pen.

´DEBERES´ PARA EL GOBIERNO El texto final, que fue aprobado por unanimidad y que, tras el trámite de enmiendas, será el documento que debatirá en el congreso extraordinario del 2 de octubre, fija las condiciones de CDC para transformar su voto en un . Los requisitos tienen que ver con el reconocimiento lingüístico del catalán y la presencia de Cataluña en instituciones europeas.