El vicepresidente de la Generalitat, Pere Aragonès, no logró eludir su cita con el Tribunal Supremo, pero sí evitó el trago de tener que testificar, pese a no estar formalmente imputado en ninguna causa judicial, motivo que puede eximir de declarar como testigo, ya que esta condición está obligado a decir verdad.

La Sala admitió la alegación del que era secretario de Economía durante el 'procés' relativa al peculiar "escenario que se le dibuja", después de que el Juzgado de Instrucción número 13 de Barcelona en septiembre del 2018 elevara una exposición razonada al Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC) para que le investigara, al ser una persona aforada.

El presidente del tribunal, Manuel Marchena, explicó que "después de valorar su escrito, la Sala entiende" que pese a que la exposición razonada del 13 fue "rechazada por ser insuficiente", eso "dibuja un escenario en el que puede no declarar si lo manifiesta", opción por la que se decantó el 'vicepresident', esta vez ya verbalmente en el mismo Supremo.

El ritmo con el que habían ido las declaraciones hizo que le llegara el turno antes de la hora en la que estaba citado, lo que llevó al tribunal a alterar el orden de las testificales y a llamar a declarar a los mossos que también estaban citados como testigos.

Un "por ahora"

El pasado 29 de enero, el TSJC acordó no investigar a Aragonès porque en esos momentos no había suficientes indicios para hacerlo, tal y como solicitó la Fiscalía Superior de Catalunya. El auto sostenía que en la exposición razonada del juez no se detallan los "concretos actos" que podría haber realizado u omitido a la sazón secretario de Economia y subordinado de Jové, para "sostener" la celebración del referéndum unilateral suspendido por el Tribunal Constitucional (TC). Por esa razón, incidían los magistrados, se "impide por ahora" su investigación, sin perjuicio de lo que pudiera decidirse en el curso de la instrucción que lleva a cabo el Juzgado de Instrucción número 13 de Barcelona.

A la salida del Supremo, Aragonès, tachó de político el juicio por el "procés" en el que ha tenido que acudir citado como testigo a petición de Vox, una situación que ha calificado de "absurda" y que demuestra la "indefensión" a la que está sometido. Para el vicepresidente catalán, el hecho de que el proceso independentista se haya investigado en el Tribunal Supremo y al mismo tiempo en juzgados de Catalunya es una prueba de que se trata de una causa política.

Posicionamiento político

En su opinión, lo que se juzga es "un posicionamiento político: la defensa de la independencia de Catalunya como la mejor vía para defender, para administrar, nuestro país". Y además provoca "indefensión" a los investigados, que, como en su caso, no saben "si serán procesados o no". "Esta situación rayando lo absurdo en la que me he encontrado en el Tribunal Supremo -insistió- demuestra que esa es una causa política" y que "solo puede acabar con al absolución de todas las personas encausadas".

También ha denunciado la "anomalía" que supone que la "extrema derecha" de Vox sea la acusación popular del juicio y la que haya pedido su declaración, con lo que corría el riesgo, a su juicio, de que este partido usara sus declaraciones para intentar imputarle a través de otro procedimiento.