La presidenta del PSOE andaluz, Susana Díaz, ha criticado el inmovilismo del Ejecutivo central en relación a Catalunya, y ha defendido que lo que el país necesita en un momento como este es un presidente del Gobierno que "actúe y diga a Catalunya y al resto de España que esto tiene solución y lo vamos a hacer entre todos". "No tiene sentido que dijera ayer que no se va a mover, que con la legalidad basta, porque con la legalidad no es suficiente", ha dicho la también presidenta de la Junta de Andalucía.

En declaraciones a los periodistas durante una pausa de la sesión de control al Ejecutivo regional en el Parlamento andaluz, Díaz ha confirmado que el PSOE consensuó una postura unitaria sobre Catalunya en una reunión el pasado martes, que se terminará de perfilar el próximo domingo en Zaragoza. Y consideró que, frente al enrocamiento de Mariano Rajoy, "evidentemente el PSOE tiene la responsabilidad y sobre todo la voluntad de abrir una puerta a la esperanza de la gente". "Estoy cansada de que en este país", ha insistido, "afrontemos los problemas con querellas, con confrontación, levantando muros y dividiendo a los ciudadanos. Quiero un presidente del Gobierno que se ponga al frente de los problemas y no que haga lo que dijo ayer, decir que no va hacer nada".

LAS LÍNEAS ROJAS

En este sentido, ha recordado que sus líneas rojas, como líder de los socialistas andaluces y como presidenta autonómica, son la igualdad de todos los españoles y que la soberanía nacional no se divide. Ambas forman, dijo, "un marco para el diálogo, la concordia y el entendimiento". Díaz ha reiterado su confianza en que "España tiene solución", siempre que haya voluntad politica, y ha lamentado que "desgraciadamente, algunos siguen en el tacticismo y la estrategia electoral de qué les va bien a ellos". "Y no están pensando", ha dicho, "en qué nos va bien a todos los españoles".

RECADO A CAMACHO

Por último, Díaz se ha referido a las declaraciones de la presidenta de los conservadores catalanes, Alicia Sánchez-Camacho, sobre los futuros movimientos de la fiscalía, una actitud que ha calificado de "barbaridad". La presidenta andaluza ha criticado que respetar a la justicia "es no decirle lo que tiene que hacer, sino dejarla actuar, les guste a unos más o menos", y tras defender la separación de poderes, ha dejado claro que ella "nunca" le va a decir a la fiscalía "lo que tiene que hacer".