Teresa Fernández de la Vega nació en Valencia, el 15 de junio de 1949. Es una mujer de gran personalidad y enorme entereza, lo que demostró hace unos meses al superar una grave enfermedad. Son atributos que no le niega nadie. Ni sus adversarios, que temen su inflexibilidad en defensa de lo que cree justo.

Su vida está ligada al mundo de la justicia, su gran vocación. No en vano está doctorada en Derecho, por la Universidad Central de Barcelona, y es juez con el número uno de su promoción. Ingresó en el Cuerpo de Secretarios Jurídicos Laborales en 1974 y tuvo su primer destino en la Magistratura de Trabajo número uno de Barcelona. Ahí empezó a ejercer su otra vocación, la política. Se sacó el carnet de militante del PSUC y no lo dejó hasta 1979.

Su aproximación al socialismo llegó con el ministro de Justicia del primer Gobierno socialista, Fernando Ledesma, que la hizo jefa de su gabinete. Luego fue directora general de servicios del ministerio. Tras ejercer como vocal del consejo rector del Instituto de la Mujer desde mayo de 1986, fue elegida vocal del Consejo General del Poder Judicial por el Senado, a propuesta del PSOE, en 1990. En mayo de 1994, Juan Alberto Belloch, tras ser nombrado ministro de Interior y Justicia, la eligió secretaria de Estado de Justicia.

En 1996 fue elegida diputada por Jaén y en el 2000 repitió escaño, pero por Segovia. En la legislatura pasada fue la mano derecha de Jesús Caldera en el Grupo Parlamentario y el azote de la presidenta del PP, Luisa Fernanda Rudi. Esta vez ha sido elegida por Madrid. Zapatero la ha colocado de vicepresidenta para que controle a sus ministros políticos.