La Policía ha encontrado una cinta de vídeo en el piso en el que se suicidó parte del comando del 11-M, en la que aparecen tres personas con atuendos árabes y fuertemente armadas leyendo un comunicado que grabaron los mismos terroristas poco antes de morir, según informó ayer el Ministerio del Interior. En este comunicado, que ya ha sido traducido al castellano, los terroristas, que dicen hablar en nombre de las Brigadas Al Mufti y Ansar Al Qaeda, dan a España una semana de plazo para retirar sus tropas de Irak y Afganistán. Anuncian que "las brigadas que se encuentran en Al-Andalus" han tomado "la resolución de seguir la senda de la Yihad y la resistencia" para que "salgan sus tropas de la tierra de los musulmanes".

"Si no lo hacéis en el plazo de un semana a partir de la fecha de hoy --que sería el mismo día de la explosión de Leganés, el 3 de abril--, continuaremos nuestra Yihad hasta el martirio en la tierra de Tarek Ben Ziyad" anuncian los terroristas. "No disfrutaréis de seguridad y sabed que Bush y su administración no traerán más que destrucción", añaden, junto a una dura amenaza: "Os mataremos en cualquier lugar y en cualquier momento".

Los suicidas dedican además parte de su alocución "a todos los que han sufrido injusticia o agresión bajo la acusación de participar en las operaciones del 11 de marzo".

REFUERZOS Ayer también se supo que Serhane Ben Abdelmajid, El Tunecino , presunto cerebro de los atentados del 11-M y muerto en Leganés, pidió a Amer Azizi, considerado jefe militar de Al Qaeda en Europa, que le proporcionara miembros del Grupo Islámico de Combatientes Marroquís para atentar en España.

Sin embargo, según informaron fuentes de la investigación, cuando ambos contactaron, a finales de 2002 o principios de 2003, Azizi, alias Othman Al Andalusí , indicó a El Tunecino que no podía satisfacer su petición, ya que gran parte de estos "combatientes" estaban "fichados" o recluidos en la base militar estadounidense de Guantánamo. Azizi, no obstante, aprobó los planes de Ben Abdelmajid, "obsesionado con emprender la Yihad (guerra santa) en España", según las citadas fuentes, y le dijo que podía contar con el apoyo de Al Qaeda, aunque él mismo tendría que reclutar adeptos entre los radicales islámicos que pudiera captar en territorio español.

Aún así, El Tunecino siguió intentado conseguir miembros del GCIM para atentar en España y, en el marco de estas gestiones, Said Berraj, otro de los sospechosos del 11-M que se encuentra en busca y captura, acudió en octubre de 2003 a una reunión en Turquía con tres responsables de Al Qaeda cercanos a Azizi, y en la que no se descarta que estuviera también él presente.

Tras estos contactos, Ben Abdelmajid comenzó en marzo de 2003 a reclutar miembros para la célula terrorista que operaría en España y que un año después perpetraría los atentados de Madrid, a la vez que buscaba métodos de financiación para llevar a cabo sus propósitos. El tráfico de drogas pudo ser una de las principales fuentes de ingresos de este grupo y, de hecho, los responsables del 11-M consiguieron los explosivos a cambio de un gran alijo de hachís, además de dinero.