Unión del soberanismo contra las acusaciones de la fiscalía y la abogacía del Estado. El president de la Generalitat, Quim Torra, y el presidente del Parlament, Roger Torrent, han pronunciado este viernes una declaración institucional ante la atenta mirada del Govern y diputados de JxCat, ERC, CUP y Catalunya En Comú Podem, junto a familiares de los procesados. Una escenificación solemne, pero sin pompa, escueta y repleta de caras largas, que les ha servido para volver a conjurarse bajo una misma premisa: "Los líderes del procés no han cometido ningún delito".

Torrent ha arrancado la lectura del discurso cabizbajo, no por ello poco contundente. "Piden 200 años de cárcel a demócratas, gente de paz, con quien se puede estar de acuerdo o en desacuerdo pero que en ningún caso han cometido delito. Es inaceptable", ha entonado, y ha subrayado que "se acusa a casi la inmensa mayoría de la población de este país". "No se persiguen personas, se persiguen ideas, pero no saben que las ideas no se pueden encarcelar", ha proclamado en el auditorio de la Cámara catalana. "La fiscalía no actúa con anhelo de justicia sino de venganza", ha censurado, y ha calificado el escrito de "ficción perversa".

El líder del Ejecutivo ha tomado el hilo del discurso y ha negado todas las acusaciones que pesan sobre los procesados: rebelión, sedición, desobediencia y malversación. "La única violencia que hubo el 1-O fue la de la Policía Nacional y la Guardia Civil pegando a gente que quería votar", ha enfatizado. Y ha cargado entonces contra el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, a quien ha acusado de ser "cómplice de la represión". "Hoy el Gobierno español ha perdido una oportunidad de oro de sacar el conflicto de los tribunales", ha considerado, y se ha preguntado "cuánta represión puede aceptar la democracia española": "Alguien cree que condenando por 200 años a los líderes independentistas cambiarán de idea los más de dos millones de catalanes independentistas? Al contrario, cada vez que nos golpean nos levantamos más fuertes".

El colofón al discurso ha vuelto a ser en recuerdo del 1-O y del 3-O, una llamada a conjurarse "en lo que les une", y la promesa de no parar hasta que los presos sean libres y los exiliados de vuelta a casa. Los asistentes han respondido al grito de "libertad".