Se promociona como un hombre "que ha luchado toda su vida por la libertad de su país" y cree que así lo acredita su paso por el entramado de asociaciones independentistas que le han empujado a llegar a la Generalitat. El abogado y editor Quim Torra (Blanes, 1962), con una trayectoria de más de 20 años en el sector privado (con un especial pie de nota sobre el liderazgo que desempeñó al frente de una multinacional de seguros en Suiza) se dio a conocer como presidente impás de Òmnium Cultural.

Ejerció sus tareas como vicepresidente de la entidad soberanista desde el 2010 y, tras la dimisión de Muriel Casals, para presentarse a las elecciones del 27-S como número tres de Junts pel Sí, la sustituyó en el cargo. Cinco meses después, Jordi Cuixart le arrebató el puesto elegido por los socios para liderar una nueva etapa.

Su firmeza y fidelidad, mezclada con una frenética actividad independentista, cautivaron a Carles Puigdemont. Y es un postulante que agrada a la CUP por su posibilidad de escarbar en sectores más izquierdistas debido a su condición de independiente, desligado del PDECat. De recibo, Torra le bendijo en su primer discurso en la Cámara catalana defendiendo la propuesta de resolución que reconoce al 'expresident' como el "legítimo" sobre el papel. Y él, de nuevo, con la etiqueta de impás.

"Sin tregua y sin vacilar"

Torra había pilotado la asociación independentista Sobirania i Justícia y había tomado asiento en el consejo permanente de la Assemblea Nacional Catalana (ANC). Su activismo político le llevó también a liderar una demanda en el 2012 contra la sentencia del Estatut en el Tribunal Europeo de Derechos Humanos junto al abogado Jordi Cortada. Estrasburgo tumbó su petición, la declaró inadmisible, pero el escritor insistió en que su propósito era mostrar la "politización del Tribunal Constitucional". Y no solo eso. Aventuró que aprovecharía toda "mínima posibilidad que hay para enfrentarse con el reino de España hasta el final, sin tregua y sin vacilar".

Pero se le fue de las manos. Muy activo en las redes sociales, levantó ampollas cuando publicó una serie de tuits contra los "españoles". "Vergüenza es una palabra que los españoles hace años que han eliminado de su vocabulario", "oír hablar a Albert Rivera de moralidad es como oír a los españoles hablar de democracia" y "los españoles solo saben expoliar" fueron solo algunos de sus desagradables comentarios.

Literatura y municipalismo

Apasionado de la literatura, emprendió su negocio particular en el 2008, cuando creó la editorial A Contra Vent con el afán de recuperar clásicos del periodismo literario catalán. Solo un año después, fue galardonado con el Premio Carles Rahola de ensayo por su obra 'Viatge involuntari a la Catalunya impossible'.

En el 2011 recibió su primer encargo municipal en Barcelona incorporándose en el consistorio Foment de Ciutat Vella como director general. Fichaje estrella de Xavier Trias.

Aparcó momentáneamente su proyecto vital cuando fue nombrado director del Born Centre Cultural en el 2012. Coincidiendo con los actos del tricentenario de la Guerra de Sucesión, Torra inspeccionó las obras para museizar el espacio y sacar a relucir sus ruinas que se conservan en el suelo del antiguo mercado. Pero el cambio de gobierno municipal barcelonés hizo que dimitiera de su cargo.

Ese mismo año, se hizo con la dirección de la 'Revista de Catalunya', a la que se concedió una Creu de Sant Jordi en el 2016. Meses más tarde, puso el pie en la Generalitat como director del Centro de Estudios de Temas Contemporáneos. Ahora vuelve con fuerza para liderarla bajo las directrices de Puigdemont.