Desconcierto. Esta es la palabra que resume la reacción de JxCat y ERC ante la propuesta del presidente de la Generalitat, Quim Torra, contra todo pronóstico, de volver a ejercer la autodeterminación en esta legislatura. De finalizar la legislatura validando "la independencia". Ni posconvergentes ni republicanos, los de dentro del Gobierno y los que no están, nadie fueron consultados al respecto, tal como admiten fuentes de ambos grupos y de la presidencia de la Generalitat.

Torra, pues, hizo de su capa un sayo. Es la tendencia de las últimas horas. Desde levantarse de una reunión en plena crisis de Interior para irse a una de las 'Marxes de la Llibertat' a no acudir, este jueves a las 8.00 horas, al gabinete de crisis que se había convocado tras las algaradas de la noche del miércoles, que se suman a las del lunes y martes. Pere Aragonès, Meritxell Budó, Miquel Buch y Ester Capella se quedaron perplejos.

En la posconvergencia no pueden ser más claros: "El PDECat no conocía el contenido del discurso ni las propuestas que se derivan". En un contexto de tensión interna por la actuación de los Mossos y por la actuación tardía de Torra a la hora de condenar la violencia en las calles de Cataluña, el PDECat por el momento guarda silencio, así como miembros del Govern de este espacio político. Y en el discurso del presidente de Junts per Catalunya, Albert Batet, no ha habido ni una sola mención a la propuesta del presidente y sí reiteradas apelaciones al diálogo.

Fuentes del entorno de Torra sostienen que se ha tratado de una propuesta, que no es una decisión tomada, porque deberán decidirlo los partidos. Y sostienen que el jefe del Ejecutivo catalán ha querido ser honesto en su discurso, es decir, plantear cuál es su hoja de ruta.

Sin embargo, ERC oscila entre el enfado y la perplejidad. "Trata de lavar su conciencia ante los sectores más híperventilados", ponderó una voz del partido. Las relaciones entre el vicepresidente y el presidente son especialmente frías desde el pleno del Parlament en el que el republicano calló mientras el posconvergente gritaba "llibertat, llibertat" para los siete CDR detenidos.

Una frialdad en las relaciones que, a través de un comunicado contra las actuaciones de algunos Mossos, se hizo más visible. Y para muestra otro botón. ERC se enteró a ultimísima que Torra iba a comparecer ante las cámaras, el miñercoles porla noche, para condenar la violencia que en esos momentos dominaba el centro de Barcelona.