Menos de veinticuatro horas han tardado El 'president' Torra y su portavoz, Meritxell Budó, en elevar el precio de la mesa negociadora con el Estado. Torra ha hecho suya una resolución de JxCat que aprovó el Parlament este jueves -poco después de la reunión entre presidentes- para pedir que la estructura de diálogo con el Gobierno incluya la figura de un mediador internacional. Budó ha insistido en la presencia de los presos independentistas y el 'expresident' Puigdemont en el organismo.

ERC, por su parte, mantuvo también ayer el perfil bajo mostrado mientras Sánchez estuvo en Barcelona. Un paso al lado --después de haber forzado al líder socialista a sentarse con a quien, hace unos meses, ni levantaba el teléfono, pero también a un president que se desentendía del acuerdo de investidura, no apoyado por JxCat-- que no esconde el alto grado de satisfacción republicano por cómo se han desarrolado las cosas.

Esquerra, en sus apariciones públicas, recordó lo necesario que es para Catalunya que se vuelva por la senda del diálogo. No vamos a ponernos medallas apunta una fuente republicana, aun a riesgo de que sean otros los que traten de capitalizar esas 36 horas de estancia de Sánchez en Barcelona.

En privado señalan que el que Torra reivindique la mesa como algo útil, como ha dicho siempre ERC, les parece muy bien. En la sede de la calle de Calàbria crece la sensación de que se repite una matriz de comportamiento posconvergente a cada paso que dan los republicanos:primero se les desgasta y critica y, al final, acaban por hacer lo que ERC había propuesto.

La reaparición

De nuevo el mediador. La figura que dio al traste con la negociación iniciada en diciembre del 2018, reaparece con fuerza. Este jueves por la tarde, JxCat aprobó, con el apoyo de ERC, la CUP y la abstención de los 'comuns', un texto argumentando que "a raíz de los antecedentes y con la misión de dar garantías al diálogo y velar por el cumplimiento de los acuerdos, se requiere mediación internacional". "Somos gato escaldado", argumentó la portavoz de JxCat Gemma Geis, mientras Esquerra reclamó que esta no sea una condición que bloquee el inicio de la negociación. ERC replicó que un posible rechazo del Estado a este mediador no ha de ser "la excusa" para dejar de sentarse en la mesa. Este jueves Pedro Sánchez ya rechazó de nuevo esta figura aduciendo que la negociación será suficientemente transparente.

Este viernes, Torra se ha basado en este mandato del Parlament para reclamar que se incorpore la polémica figura del mediador, que fue la que dio al traste con el inicio de diálogo practicado entre ambos ejecutivos en diciembre del 2018 y las primeras semanas del 2019. Torra, por cierto, ha desautorizado al 'conseller' de Exteriores, Alfred Bosch, de ERC, que no consideraba prioritario activar la comisión bilateral en paralelo a la mesa de diálogo sobre el conflicto. En un comunicado y un tuit, el 'president' reclama que la bilateral (que es un organismo institucional ya existente) se reuna cuanto antes.

El papel de los presos

También la portavoz del Govern, Meritxell Budó, en declaraciones a Ser Catalunya, ha puesto precio al diálogo al insistir, como hizo Torra el jueves, en que se debe "dar voz" al 'expresident' Puigdemont y los presos independentistas en la mesa de diálogo, así como el resto de "exiliados", que a su juicio "deben poder participar de alguna manera, porque la resolución del conflicto también pasa por el exilio y la cárcel".

Todo ello lleva a generar dudas sobre el cumplimiento de la promesa de ambos presidentes respecto a la celebración de la mesa negociadora este mismo mes. Antes Torra reunirá a partidos y entidades independentistas y equipos técnicos de ambos gobiernos deberán perfilar los detalles no menores de la composición del organismo de diálogo.