El voto en blanco de una concejala tránsfuga expulsada de Podemos permitió ayer que el PP recuperara la alcaldía de Alicante y dio el golpe definitivo al gobierno del cambio inaugurado hace tres años con un tripartito formado por el PSPV, Compromís y Guanyar Alacant, una confluencia que incluía a Esquerra Unida y Podemos.

Luis Barcala, portavoz de los populares en estos primeros tres años de la legislatura, será a partir de ahora el alcalde y sucederá así al socialista Gabriel Echávarri, que dimitió hace unas semanas tras ser procesado por un presunto fraccionamiento irregular de contratos y por el despido de una trabajadora temporal del consistorio, familiar precisamente del portavoz del PP.

UN EXPULSADO DE CS / El PSPV había logrado convencer a sus antiguos socios de gobierno (que se salieron del mismo por las imputaciones de Echávarri) para que apoyaran a Eva Montesinos, mano derecha del exalcalde. Pero pasó lo mismo con Nerea Belmonte, una concejala expulsada de Podemos y de Guanyar a principio de la legislatura por haber dado contratos menores desde el consistorio a compañeros de partido, que perdió su sueldo y desde entonces estaba en el grupo de no adscritos junto a otro concejal expulsado de Ciudadanos, que ayer votó nulo al votarse a sí mismo en bolígrafo. La propia Belmonte confirmó a la salida del pleno que el hecho de que sus compañeros de partido no aceptaran restituirle el sueldo fue decisivo para votar en blanco.

El nuevo alcalde, cuya candidatura fue la cuarta más votada en las elecciones locales, ofreció sumarse al gobierno municipal a los concejales de Ciudadanos, que habían votado por su propia candidatura. «No importa cómo hemos llegado hasta aquí ni el por qué, solo importa el para qué, solo importa mirar al futuro», dijo el popular Barcala.