Último aviso a Quim Torra para que retire los lazos amarillos y las esteladas. La Junta Electoral Central (JEC) no tomó en consideración los argumentos que el presidente de la Generalitat dio en su recurso para tratar de esquivar la prohibición de exhibir en los edificios públicos los símbolos independentistas. Tiene hasta la tarde de hoy martes para descolgarlos; si no, se expone incluso a «responsabilidades penales».

Torra debe tomar una decisión en pocas horas teniendo en cuenta múltiples circunstancias. La primera es esa amenaza de la JEC, que le puede valer su primer pleito por desobediencia, porque el PSOE ya ha insinuado que piensa acudir a la fiscalía si no acata la prohibición. Justamente ese es uno de los delitos -el menor- de los que se acusa a los líderes independentistas que están siendo juzgados en el Tribunal Supremo, en cuyo apoyo se exhiben los lazos amarillos.

La JEC considera que, en periodo electoral, la exhibición de lazos y otros símbolos independentistas no es compatible con el principio de neutralidad exigido a las instituciones. Como solo representan a «una parte» de la sociedad catalana, concluye, son emblemas «legítimos» que se pueden incluir en la propaganda de los partidos, pero no en los edificios públicos. En la resolución publicada ayer se le dan a Torra las últimas 24 horas para que cumpla.

El president también alegó la dificultad que suponía quitar lazos y esteladas de edificios que, en algunos casos, no son propiedad de la Generalitat. Pero la Junta Electoral rechaza también ese argumento, que «no puede ser excusa» para ejecutar la orden porque bastaría con que se comunicara cuáles son esos casos. Por todo ello, el texto incluye una advertencia que alude a «las responsabilidades administrativas y, en su caso, penales, en que pudiera incurrir si persiste en la desobediencia».

PROTEGER A LOS FUNCIONARIOS

A la espera de que se decida, fuentes del Govern señalaron que Torra no desea perjudicar a ningún funcionario público, por lo que es de esperar que de una u otra manera -se ha hablado de algunas soluciones «imaginativas»- se pliegue ante el ultimátum. Sobre todo, porque no quiere que la Junta Electoral envíe notificaciones o advertencias dirigidas a centros escolares en relación a los símbolos Sin embargo, esas mismas voces dejan claro que el president no teme que el conflicto pueda derivar en una acusación de desobediencia, porque no se sustanciaría a corto plazo.

Pero Torra también debe tomar en cuenta que el suyo es un Govern plural. Y que en ERC se mantiene vigente la doctrina que fijó el líder del partido, Oriol Junqueras, poco después de las elecciones del 21-D. En concreto, en cuanto al debate entre republicanos y posconvergentes a cuenta de la posible o no investidura a distancia de Carles Puigdemont. En aquella ocasión, Junqueras, viendo que la posconvergencia ponía cerco al presidente del Parlament, Roger Torrent, por una investidura que, aunque se hubiera votado nunca hubiera sido efectiva, trasladó un mensaje claro y diáfano: «Ni un solo imputado por cuestiones que no signifiquen un cambio evidente de la situación». Basta de fuegos de artificio, en definitiva.

ASUNTOS MENORES PARA ERC

Y la decisión de la JEC y los lazos caen de lleno en esta categoría de asuntos menores por los que no vale la pena arriesgar el futuro político ni personal de nadie, apuntan varias voces de los republicanos. Así, ERC se mantiene a la expectativa, por cuanto de momento entiende que la responsabilidad de los actos de Torra se circunscribe al propio president.

Los republicanos, asimismo, siguen vigilantes los movimientos del Govern. Se sorprenden de que dos consejeros renuncien al cargo por ser diputada en el Congreso (Laura Borràs) y concejala de Barcelona (Elsa Artadi).