El Gobierno de Pedro Sánchez priorizará la vía de los presupuestos para volver a bajar hasta los 52 años el subsidio para parados de larga duración. Así lo afirmó la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros de ayer. El Gobierno de Mariano Rajoy la restringió hasta los 55 años y el equipo de Pedro Sánchez la asumió como un compromiso a revertir, hasta el punto que anteriormente ya se había conjurado a volver a bajar la edad de acceso hayan o no hayan presupuestos.

La recuperación de dicha prestación, según afirman desde el Ministerio de Trabajo, beneficiaría a 114.000 personas, que se sumarían a los 250.000 actuales beneficiarios, y supondría un coste anual para las arcas públicas de 330 millones de euros. Esta está concebida para desempleados de larga duración que haya agotado el resto de prestaciones y de los que el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) pueda acreditar que se encuentran en un proceso de activa búsqueda de trabajo. También deben haber cotizado por desempleo un mínimo de 6 años.

Por otra parte, el consumo de las familias perderá este año fuelle y será uno de los motivos por los que el crecimiento será del 2,2% en lugar del 2,3% estimado inicialmente. De todas forma, según las previsiones del Gobierno, el principal responsable de la ralentización será el ajuste fiscal, de mayor importe, impuesto por la negativa del Senado, con mayoría del PP, a aprobar la senda de estabilidad propuesta por el Ejecutivo, que augura, a pesar de ello, una reducción del peso de la deuda pública.

A su vez, el paro será dos décimas más elevado que el inicialmente previsto, hasta situarse en el 14%. El consumo aumentará una décima menos de lo estimado inicialmente, el 1,7%, frente al 2,3% del año pasado; y el saldo exterior tendrá una aportación negativa de una décima (tres décimas en el 2018), gracias a que las exportacioens aumentarán el 2,8%, frente al 2,4% del año pasado. Las importaciones crecerán el 3,1% frente al 3,5% del 2018.