El pacto antiterrorista PSOE-PP será una guía para José Luis Rodríguez Zapatero, pero no un corsé. Ayer, al desgranar los ejes de su política contra el terrorismo, el presidente del Gobierno evidenció su voluntad de revisar a fondo la estrategia seguida por José María Aznar, aunque sin romper el acuerdo suscrito con el PP. Zapatero anunció, por ejemplo, que su Ejecutivo pondrá más medios que Aznar al servicio de las fuerzas de seguridad y que será más "escrupuloso" que su predecesor en el cumplimiento de la legalidad.

La clausura del curso La lucha contra el terrorismo y sus límites, organizada por la Universidad Complutense de Madrid en San Lorenzo de El Escorial, le sirvió de pretexto a Zapatero para marcar distancias respecto al PP en este terreno. Porque, aunque adelantó que el pacto PSOE-PP perdurará "hasta que acabe ETA", también ratificó su voluntad de sumar al acuerdo a más fuerzas políticas y dejó muy claro que sus prioridades en la lucha antiterrorista serán muy distintas a las de Aznar.

En un auditorio repleto de estudiantes, el presidente renunció a leer el discurso que llevaba redactado para dar más viveza su intervención. De viva voz censuró a Aznar por haber apoyado "guerras preventivas e ilegales" como la de Irak, que no hacen sino "avivar el terrorismo". También por no haber reforzado suficientemente a la Policía y la Guardia Civil para combatir el terrorismo. Reproches incluidos en el texto de su intervención, que aunque no leyó refleja su estrategia antiterrorista, según informaron después los responsables de la Moncloa.

"TACTICAS DIVERGENTES" Zapatero apunta en este discurso que, si bien el PSOE y el PP tienen "una estrategia general compartida en términos teóricos", aplican "tácticas divergentes en la práctica". Por eso defiende que, "para que la lucha contra el terrorismo tenga realmente éxito, hay que plantearse algunas cosas".

La "agenda progresista en la lucha antiterrorista" de Zapatero consta de cuatro puntos. En primer lugar, la "unidad de los demócratas", junto al fin de la "confusión voluntaria entre terrorismo y nacionalismo", y de la "apropiación de valores, normas e instituciones que son de todos", ambas practicadas por el PP.

En lugar de "bajar la guardia" --como Aznar admite haber hecho ante el terrorismo islamista--, el presidente prevé apoyar a las fuerzas de seguridad "con más medios y dotaciones", evitando que los agentes sigan "sometidos a la sospecha de comportamientos irregulares". El tercer eje de su política antiterrorista será la "cooperación internacional prioritaria" con Francia y Marruecos. Y el cuarto, el "respeto a la legalidad nacional e internacional".

SIN MIEDO Ante los estudiantes, además, Zapatero opinó que "la mejor lección" sobre cómo combatir el terrorismo la dio el pueblo español tras el 11-M, cuando "no se dejó llevar por el miedo" y se echó a la calle para exigir al Gobierno del PP, en puertas de las elecciones, "la verdad" sobre la autoría de la masacre. Manifestaciones que, a juicio del PP, fueron incitadas por la izquierda y brindaron la victoria a Zapatero.