Recién cumplidos sus primeros 100 días de mandato, José Luis Rodríguez Zapatero cerró ayer la ronda de entrevistas con los 17 presidentes autonómicos. Ante Manuel Chaves, Zapatero garantizó que las reformas de la Constitución y de los estatutos no brindarán a las autonomías "privilegios económicos" ni de ningún otro orden, según manifestó el presidente andaluz y confirmaron fuentes oficiales. Un planteamiento que choca frontalmente con la pretensión de Pasqual Maragall de que la Carta Magna reconozca a Cataluña como "nacionalidad histórica".

El jefe del Ejecutivo citó en último lugar a Chaves para tener una deferencia con el presidente del PSOE y, de paso, extraer con él algunas conclusiones sobre el proceso de diálogo que ha entablado con las autonomías. El mandatario andaluz agradeció a Zapatero este "gesto" antes de exponer las reflexiones del presidente sobre las reformas institucionales que se avecinan.

REFORMA ESTATUTARIA Chaves explicó que tanto él como Zapatero apuestan por que la modificación de los estatutos sirva para "reconocer la diversidad y las singularidades" de las comunidades, pero con un objetivo primordial: "Fortalecer la unidad de España y el equilibrio territorial". Precisamente por eso, según el presidente andaluz, Zapatero sostiene que este proceso de reformas "nunca puede desembocar en privilegios económicos ni en ningún tipo de desigualdad" entre las autonomías.

Reconoció Chaves que "casi todos los contenciosos" entre el Gobierno y la Junta andaluza se habían resuelto antes de su visita de ayer a la Moncloa. Y, a renglón seguido, detalló las nuevas demandas que acababa de trasladar a Zapatero: primero, que en el 2008 la inversión pública en Andalucía ronde el 19% del conjunto del Estado; segundo, que algún organismo estatal de nuevo cuño se ubique en su comunidad; y tercero, que antes de reformar la financiación autonómica el Gobierno dé "prioridad" a la búsqueda de recursos para sufragar la sanidad.

También Jordi Sevilla, ministro de Administraciones Públicas, aprovechó para hacer balance de la ronda de entrevistas que Zapatero ha mantenido con los presidentes autonómicos. "Cambio de talante", "democracia", "diálogo", "respeto" y "tolerancia" fueron los términos empleados por Sevilla para caracterizar este nueva etapa de relaciones entre el Gobierno y las comunidades, que a su juicio ha supuesto "la visualización de la España plural".

A la vuelta del verano, Sevilla iniciará los preparativos para la celebración, en noviembre, de la anunciada Conferencia de Presidentes, que con toda probabilidad reunirá a Zapatero con todos los mandatarios autonómicos. El Ejecutivo pretende abordar en esta cumbre el espinoso debate sobre los límites de las reformas estatutarias.