José Luis Rodríguez Zapatero comparecerá hoy en el Congreso, por primera vez como presidente, para detallar las razones que le han llevado a ordenar la retirada de los 1.300 soldados enviados a Irak. Zapatero pedirá a los portavoces parlamentarios que avalen, al menos de palabra, su decisión de repatriar las tropas. Que también lo hagan en una votación depende de que el PP acepte revisar el orden de día del pleno, opción ante la que ayer se mostraba remiso.

FONDO Y FORMA Zapatero se medirá, ya como presidente, con el secretario general del PP, Mariano Rajoy, único portavoz opuesto al regreso de las tropas. Mientras que el presidente lo presentará como fruto del nuevo estilo de gobierno --cumplimiento de su promesa electoral y respuesta al rechazo social a la guerra de Irak--, el jefe de la oposición criticará su decisión en el fondo y en la forma. En el fondo, porque cree que aislará a España; y en la forma, porque Zapatero dictó la orden sin informar antes al Congreso.

La comparecencia se producirá nueve días después de que Zapatero ordenase la retirada y solicitara "la convocatoria urgente" del Congreso para debatirla. Si el protocolo parlamentario obligó a aplazar esta sesión --la mayoría de los grupos rechazaron celebrarlo antes de la apertura de las Cortes--, hoy puede ser el rígido reglamento del Congreso el que lastre el pleno sobre Irak.

Para agilizar los trámites, el Ejecutivo pidió una comparecencia informativa de Zapatero --formato que no permite votaciones-- y al tiempo el PSOE negoció con todos los grupos salvo el PP el texto de una proposición no de ley favorable a la retirada. La moción critica el envío de tropas. Y justifica su repatriación por dos motivos: la imposibilidad de que la ONU controle Irak antes del 30 de junio, como exigía Zapatero para mantener la misión, y la admisión de que la seguridad de los soldados "ha empeorado".

El plan del portavoz socialista, Alfredo Pérez Rubalcaba, era que la comparecencia del presidente y la votación de este texto fueran consecutivas, de modo que, justo después del debate, el Congreso exhibiera hoy su abrumador apoyo al regreso de las tropas. No en vano la proposición cuenta con la firma de siete grupos parlamentarios que suman, además, 202 de los 350 diputados de la Cámara baja. Todos menos los 148 del Grupo Popular.

DERECHO DE VETO El problema estriba en que, para que haya votación, la Junta de Portavoces del Congreso debe cambiar hoy el orden del día, acuerdo que el PP, reglamentariamente, puede vetar. Los populares se planteaban ayer posponer esta votación por considerar que versará sobre "hechos consumados", tal como apuntó Acebes, secretario general adjunto del partido. Para Acebes, es "indiferente" que el pleno vote o no una moción que cree destinada a "salvar la cara" al Gobierno.