El Gobierno español apoyará en la Unión Europea (UE) la unidad de la lengua catalana. Ese es el compromiso que José Luis Rodríguez Zapatero había adquirido con el presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall, y que ayer ratificó en la Moncloa ante los dirigentes republicanos Josep Lluís Carod-Rovira y Joan Puigcercós. En función de esta promesa, el presidente de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) retiró su amenaza de vetar los presupuestos del Estado a su paso por el Senado.

LA ESCENIFICACION Al final, los amagos de Carod y las gestiones de Puigcercós surtieron efecto. Aprovechando su presencia en Madrid, donde pronunció dos conferencias, el presidente de ERC quería escenificar con Zapatero su papel de aliado del PSOE y de centinela de las señas de identidad de Cataluña. Por sorpresa, el jefe del Ejecutivo accedió a recibirle en la Moncloa antes del almuerzo. Una cita de una hora de duración a la que también asistieron el portavoz socialista en el Congreso, Alfredo Pérez Rubalcaba, y Puigcercós, su homólogo republicano.

A la salida de la Moncloa, tanto Carod como Puigcercós dieron por zanjada la "absurda polémica" desencadenada la semana pasada, cuando Zapatero entregó en Bruselas cuatro traducciones de la Constitución Europea: al euskera, al gallego, al catalán y al valenciano, aunque las dos últimas eran, según admitió él mismo, "idénticas".

Fuentes de Esquerra aseguraron en Madrid que, durante la reunión, Zapatero aclaró que no alberga dudas sobre la unidad del catalán. El presidente aseguró a sus interlocutores que aplicará hasta el final este principio, enunciado en la declaración que efectuó el viernes en Bruselas: "Es una evidencia que se entregaron cuatro textos y tres versiones lingüísticas, puesto que dos de los textos son idénticos desde la primera hasta la última palabra".

OMISION DE LAS LENGUAS Ante Carod y Puigcercós, Zapatero también se comprometió a defender la unidad del catalán al elaborar el memorándum que enviará a Bruselas para formalizar su propuesta de que, una vez reformado, el reglamento de usos lingüísticos de la UE reconozca la oficialidad de las lenguas que son cooficiales en España.

El objetivo del Gobierno es que, previo acuerdo con las autonomías concernidas, el texto definitivo corrija el error cometido en septiembre por el Ministerio de Asuntos Exteriores. Es decir, que omita toda alusión al valenciano y solicite sólo el reconocimiento europeo de las lenguas cooficiales que establezca cada Estado. Esa es la fórmula que Zapatero también planteó a Maragall.