El portavoz popular en el Congreso de los Diputados, Eduardo Zaplana, se mostró ayer convencido de que la crisis abierta en el PP gallego se "encauzará" y no afectará a la carrera de Mariano Rajoy hacia la presidencia del partido.

"No hay nadie que discuta el liderazgo de Rajoy. Es la persona más querida, apreciada y respetada como futuro presidente de este partido y así se confirmará el próximo fin de semana", afirmó Zaplana, en alusión al congreso que los populares celebrarán en Madrid del 1 al 3 de octubre.

SILENCIO En rueda de prensa, el dirigente del PP rehusó opinar sobre el desarrollo de la crisis y, en concreto, sobre las declaraciones del presidente de la Diputación de Lugo, Francisco Cacharro, que el viernes culpó de la situación a la cúpula del partido en Madrid y defendió la postura del responsable provincial de Ourense, Xosé Luis Baltar, que amenaza con provocar una escisión en el PP gallego si se margina del poder al sector que él encarna.

El estallido del conflicto, a pocos días del congreso nacional del partido, ha sido interpretado como un desafío a Rajoy, a quien, pese a ser gallego, Baltar y los dirigentes de Lugo ven como un intruso que pretende, desde su poder en Madrid, tomar las riendas del PP gallego. En la jerga local, Rajoy capitanea a los del birrete --dirigentes urbanos y profesionales-- y aspira a desbancar a los de la boina , sector de raigambre agraria que ha mandado hasta ahora en el PP de Galicia.

La dirección nacional del PP confía en que el presidente de la Xunta, Manuel Fraga, calme los ánimos en el encuentro que mantendrá mañana con Baltar. La cúpula es consciente de que el duelo entre los dos sectores gallegos es inevitable, pero lo único que desea es aplazarlo hasta después del congreso.