El tema central de la candidatura de Zaragoza para la Expo 2008, agua y desarrollo sostenible, no está elegido al azar ni es una excusa. El proyecto oficial del complejo está por completo supeditado al agua, tanto por el emplazamiento del recinto en el meandro de Ranillas como por la red de equipamientos e instalaciones que estará disponible para visitantes y zaragozanos.

Si la capital aragonesa ha vivido hasta ahora de espaldas al río Ebro, la muestra internacional le va a dar un giro de 180 grados. El meandro de Ranillas acogerá la mayor oferta lúdica de la ciudad, centrada en el agua. Los vecinos podrán ir gratis a pasar el día al lago que se habilitará en el futuro parque botánico, que contará con distintos equipamientos para hacer más cómoda la estancia. A partir de entonces, la capital disfrutará de una playa fluvial de gravas.

Los más de 7,5 millones de visitantes que se prevé que acudan en el verano del 2008 a Zaragoza no sólo podrán visitar los distintos pabellones de la Expo o asistir a algunos de los debates que se organizarán sobre el tema central de la muestra. La oferta lúdica y cultural será completa. Los intrépidos, previo pago, podrán practicar deportes de aventura en el canal olímpico de aguas bravas que proyecta la candidatura. También podrán conocer de cerca las distintas especies fluviales del mundo en el acuario y, si se avanza en las obras, tomar los baños en el centro termal previsto junto al complejo de la Expo.

El recurso lo presidirá todo. Desde su llegada por la acequia existente, la del Rabal, directamente desde el río Gállego y captada en el tramo anterior a la papelera La Montañanesa. Esta infraestructura hidráulica, ahora utilizada por los regantes en sus parcelas, se pretende convertir en fuente de alimentación de la muestra, al igual que el nivel freático. Este caudal llega cargado de nutrientes, pero está prevista una depuración natural con plantas que se alimentan de ellos. "Pretendemos instalar también artefactos del patrimonio hidráulico como molinos y norias para voltearla y así oxigenarla. Habrá elementos de juego", explica Francisco Pellicer, coordinador técnico de la sociedad de la Expo.

El agua se introducirá en el canal natural que se proyecta construir en el meandro para la práctica de deportes acuáticos y que desembocará en el citado lago. El diseño de este circuito, al igual que el de aguas bravas, se encargó al mismo equipo catalán que ejecutó las instalaciones de los juegos olímpicos de Barcelona 92 y de Sidney 2000.

La Torre del Agua, además de un "hito" arquitectónico con sus 65 metros de altura, albergará en su interior el mecanismo de bombeo que hará correr las aguas. Estas llegarán al interior de la muestra internacional para formar láminas entre los pabellones y en la gran explanada de zona verde. Habrá hasta pequeñas cascadas aprovechando el diseño aterrazado del recinto.

La acequia del Rabal también actuará como defensa hidráulica en caso de que produzca la gran avenida del Ebro, dado que se construyó a tres metros de la superficie de los campos. En el jardín botánico previsto se pretenden habilitar diversas zonas de especies húmedas y secas para explicar la importancia del recurso a la hora de determinar y dar forma a los paisajes.

El centro termal podría incluir usos terapéuticos y lúdicos y salas con distintos modelos de tratamiento. La pretensión inicial, aún por concretar, es levantar salas que reproduzcan los distintos baños que se utilizaron en las cuatro culturas que se superpusieron en la historia de la capital. También se pretende que disponga de un jardín propio de descanso, en el que se podrían recrear las albercas y los surtidores de la época musulmana. Su construcción, no obstante, se podría retrasar respecto al resto del conjunto de la exposición.

El proyecto del acuario sí estará para el 2008 si se cumplen los planes de la candidatura, que encargó los estudios a la consultora española ABK, que explota el complejo de San Sebastián. Su superficie podría llegar a los 17.000 metros cuadrados y se centra en la flora y fauna fluvial de los cinco continentes con el fin de diferenciarlo del resto de instalaciones del país.