El diseño de la Expo 2008 de Zaragoza está condicionado al día después de su conclusión. La intervención arquitectónica posterior en los más de 60 pabellones que cerrarán sus puertas el 14 de septiembre evidenciará una profunda transformación de la zona con la reconversión de los recintos reconvertidos en nuevos equipamientos culturales, oficinas, espacios de ocio o sedes institucionales. En este sentido, las 25 hectáreas se reutilizarán, por lo que los costes de la inversión, cifrados en más de 800 millones de euros, se podrán recuperar.

El principal motor de su desarrollo será el auditorio levantado junto al pabellón puente y que pasará a ser un centro de convenciones. Asimismo, la ubicación geoestratégica del recinto cercano a la estación del AVE, podría consolidar a la capital aragonesa como centro de referencia de muestras feriales y congresos.

Los comercios, cafeterías y restaurantes diseñados en torno a la plaza central de la muestra se reconvertirán en una nueva zona de ocio nocturno. Este uso reducirá las quejas vecinales por los discobares del casco urbano y alargará el horario de cierre del recinto. Al mismo tiempo, el área subterránea de los edificios, destinada a almacenes durante la Expo, se reutilizará como aparcamientos.

EDIFICIOS FLEXIBLES El grupo Experiencia, redactor de la propuesta urbanística, ha ideado edificios flexibles, dotados de todo tipo de servicios. Aunque esta actuación supone un ligero aumento de costes durante los tres meses del acontecimiento internacional, esta inversión garantizará que los edificios construidos estén listos para usos posteriores. Por ello, la intervención urbanística en éstos se regirá bajo criterios estrictamente formales y estéticos con el fin de darles una mayor utilidad.

El proyecto arquitectónico en el meandro de Ranillas se llevará a cabo en medio de una gran operación de renovación urbana que pivotará sobre el río Ebro y la estación intermodal. El éxito de la Expo se medirá, no sólo durante el transcurso del certamen, sino también en el uso posterior de las infraestructuras.

La muestra impulsará el desarrollo de la ciudad y dejará una huella permanente del acontecimiento. Pero al mismo tiempo, el conjunto del meandro conformará un gran parque cultural y científico compatible con las diferentes actividades deportivas, de ocio y tiempo libre, generadas tras la recuperación y conservación de los cauces, sotos y riberas. Será un espacio polifuncional diseñado para satisfacer las necesidades y los deseos de los zaragozanos y turistas que visiten la ciudad.