Ni las distancias, ni las instalaciones, ni los servicios. Nada es un problema para los habitantes de los edificios de Villa Expo, a juzgar por sus comentarios. Solo aspectos como el viento o las dificultades para conocer a españoles "molestan" a los inquilinos.

"Y que la piscina está vacía", recordaban ayer entre risas Sophie Reichetzeder, Jasmin Oberwinkler y Magdalena Winkler, trabajadoras del pabellón de Austria, en Parque Goya. Por lo demás, aseguraban que se sienten "muy contentas" de residir en la zona. "Hay muchas nacionalidades viviendo en el mismo sitio y es divertido", decían. Las dos primeras comparten alojamiento a la espera de que la tercera habitación de la vivienda sea ocupada por una compañera. El espacio es nuevo y luminoso y el mobiliario, moderno. Su delegación es una de las que prefirieron acondicionar sus apartamentos por su cuenta en vez de alquilarlos ya listos. Cuando la muestra termine, se cederán a ONGs u organismos de cooperación.

También en Parque Goya reside Kiala Pierre, director de protocolo de la delegación angoleña. Pierre llegó hace una semana a su nueva vivienda, y afirmaba a media mañana que todo han sido facilidades: "Podemos ir a comprar aquí al lado y tenemos un autobús cada media hora". Junto a otro compañero, explicaba frente al edificio que las instalaciones son muy cómodas y acogedoras, y que la única "pega" es que todos son extranjeros y no es fácil ver a los nativos de la ciudad.

De hecho, a la una del mediodía es difícil encontrar a personas de cualquier nacionalidad, puesto que muchos se encuentran ya trabajando en el recinto de la Expo. Algunos de los que aún no han comenzado su turno aprovechan el momento para hacer la compra. Es el caso, por ejemplo, del pakistaní Shaikh Muhammad, que comentaba con las bolsas en la mano que durante el mes que lleva residiendo en parque Goya no ha tenido problemas. "Hasta ahora, ha ido bien", aseguraba.

En el edificio Hydros, frente a la sede de la CREA, los artesanos del pabellón de Malasia Khalid Shamsuddin y Mohd Sakri Ismail esperaban al autobús. "Ayer fuimos andando, pero acabamos un poco cansados", comentaban. Su vivienda es la más próxima a las instalaciones de la Expo, pero el servicio de transporte funciona igualmente. Ellos tampoco encontraban queja: "Nosotros llegamos hace unos días, y hemos visto todo muy bien", aseguraban. ¿Ningún problema? "Bueno, al principio fue difícil encontrar la puerta", reconocían con buen humor. Tampoco hay demasiados vecinos a los que preguntar. Estos trabajadores destacaban que todavía no se veía a muchas personas en la zona. "Puede que el alquiler sea demasiado caro", apuntaban. Lo cierto es que los precios en Hydros y en Aragonia son más elevados que en Valdespartera y Parque Goya, y también que las viviendas se entregaron más tarde.