El Gobierno central, DGA y Ayuntamiento de Zaragoza firmarán antes de que finalice el próximo mes de enero el convenio de financiación de la Exposición Internacional del 2008. Así lo anunció ayer en el pleno de las Cortes, el presidente aragonés, Marcelino Iglesias, en respuesta a una pregunta de IU. El presidente aragonés recordó que en este convenio se plasmará lo ya recogido en el protocolo: la participación de cada administración en la financiación (Gobierno central, el 70%; y DGA y ayuntamiento, el 30% a partes iguales) y la relación de proyectos.

La firma del convenio, que concreta el protocolo que las tres administraciones suscribieron el pasado 26 de noviembre, es el paso imprescindible para poner en marcha un proyecto que prevé una inversión estimada de 1.500 millones de euros en infraestructuras.

El otro paso necesario para impulsar la muestra es la constitución de la sociedad instrumental en la que estarán las tres instituciones implicadas y que podría estar lista a mediados de enero, para que pueda empezar a trabajar ya en febrero. Iglesias y el alcalde de Zaragoza, Juan Alberto Belloch, perfilaron el fin de semana el plan de actuaciones con el fin de que la mayor parte de los proyectos relativos a la muestra --los de las grandes infraestructuras del recinto y de acceso a éste-- puedan estar listos el próximo verano.

Ayer, Iglesias insistió en que todos los proyectos recogidos en este protocolo tendrán utilidad "el día después" de que se clausure la exposición y citó la construcción de puentes, la mejora de los ríos y riberas, y del galacho de la Alfranca y el Espacio Goya. "Todos ellos son proyectos que desde el Gobierno hubiéramos impulsado igualmente si la Expo no se hubiera conseguido, porque son necesarios, pero de esta forma tenemos una fecha de terminación". No obstante, puntualizó que la Exposición Internacional "ha dejado de ser ya un proyecto aragonés o zaragozano para convertirse en un proyecto de Estado, porque el BIE dio la organización a España, no a Aragón o Zaragoza".

Y, acto seguido, agregó: "Van a ser tres años de trabajo a presión, pero tenemos capacidad para hacerlo, como hemos demostrado en otros planes de similar envergadura". Por su parte, Adolfo Barrena, portavoz de IU, mostró su preocupación por que la Expo suponga algún tipo de riesgo para proyectos "fundamentales para los ciudadanos" o que se ponga "por encima de otras necesidades de carácter social".