Magda y José Angel posan sonrientes frente al letrero del consistorio en el que se puede leer Felicidades Zaragoza . Para ellos, la celebración es doble: sienten suya la Expo y acaban de casarse en el ayuntamiento. Ella, de blanco riguroso; y él, de traje y corbata. Al calor de los vítores de sus amigos, se besan. "Claro que ha sido especial. Incluso en la ceremonia, la teniente de alcalde que ha oficiado el enlace nos ha recordado que era un día muy bonito por la consecución de la Expo. Será difícil olvidarlo. Ahora, a ser felices", comenta José Angel. A su lado, Paco pide al equipo de Gobierno municipal que aprenda de los "errores" de la Expo de 1992 en Sevilla.

Escenas como ésta daban ayer a Zaragoza un aura diferente tras la jornada festiva del jueves, que se prolongó hasta altas horas de la madrugada. Quizás se echó en falta que la ciudad se vistiera para la ocasión con más adornos y carteles como el que cuelga desde un edificio de la plaza del Pilar con un mensaje para los visitantes: "Ven a Zaragoza. See you in Zaragoza". Los primeros esfuerzos por unir la muestra con el turismo ya empiezan a notarse levemente.

La oficina de empadronamientos del consistorio funciona como cada día, aunque la Expo ha copado gran parte de las conversaciones de café. Decenas de inmigrantes piden información sobre cómo regular su situación. Algunos funcionarios como Victoria, que se ha inscrito como voluntaria, creen que la muestra también servirá "para que vengan más extranjeros a Zaragoza en busca de una oportunidad". Y recuerdan cómo vivieron la jornada anterior. "Teníamos tanto trabajo que no pudimos salir a celebrarlo", apunta Victoria, quien sin embargo no oculta su temor a que la Expo sirva de excusa a muchos "para subir los precios" en la hostelería y los comercios. A escasos metros, otra mujer se muestra algo contrariada porque no les hayan dado al menos un pin para recordar el histórico logro. La Expo es sinónimo de esperanza para muchos, pero tras la ilusión también se esconden algunos miedos.

"Ojalá se creen muchos puestos de trabajo nuevos y la ciudad mejore, aunque me preocupa que no se usen los edificios de forma productiva tras el evento", apunta Daniel. A su juicio, la muestra debería servir para que el aeropuerto cuente con vuelos a todas las ciudades importantes de España. Y para Victoria, la recuperación de los tres ríos de la ciudad, así como del Canal Imperial de Aragón, debe ser uno de los objetivos prioritarios. "Hay que demostrar que realmente apostamos por el agua", apunta.

La calma en el centro de Zaragoza se ve alterada por los villancicos que suenan desde el Belén instalado en medio de la plaza del Pilar. Algunos como Ricardo Martínez han vuelto al escenario donde el día anterior disfrutaron de la victoria. "Quería ver el Belén, pero sobre todo me apetecía pasear y recordar momentos del día de ayer, que fue extraordinario", afirma con aire risueño.

A escasos metros, en la feria alimentaria, también se escuchan voces y deseos. Antonio Aznar, que regenta un puesto de dulces típicos de Villarluengo (Teruel), sueña con que las mejoras lleguen a toda la comunidad, incluida la provincia de Teruel. Mientras recoloca bolsas de mantecadas, tortas y magdalenas, explica que le gustaría que "Aragón tuviera a partir de ahora más peso en el panorama nacional". "Espero que también repercuta positivamente en toda nuestra provincia", ansía Aznar.

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