El Instituto Aragonés de la Juventud (IAJ) ha elaborado por primera vez un estudio propio sobre el comportamiento de los adolescentes en las redes sociales, especialmente centrado en los comportamientos sexistas, que pretende ser una referencia para comprobar, en principio con periodicidad bienal, cómo evoluciona la sociedad. El punto de partida es preocupante, ya que arroja resultados como que el 18% de las chicas admite haber sufrido algún intento de control por parte de su pareja.

Así lo explicó ayer el director del IAJ, Adrián Gimeno, quien presentó este estudio -y los programas puestos en marcha a raíz de él- en la sede del Gobierno de Aragón junto con dos de sus principales responsables, el coordinador Santiago Boira y la investigadora Pilar Cáncer.

El estudio se ha basado en encuestas a 320 jóvenes de entre 12 y 18 años, y uno de los aspectos que ha preocupado a los investigadores es el repunte en actitudes sexistas entre los 13 y los 16 años. Unos comportamientos que se viven con «normalidad» entre las chicas e incluso con «proactividad» entre los chicos. Como explicaba Boira, ante la exhibición de anuncios que «prácticamente escenificaban una violación en grupo», a las chicas no les escandalizaba y los chicos incluso «se imaginaban ahí».

Entre los resultados más significativos del estudio están que el 22% de las chicas reconoce que su pareja le ha intentado apartar de sus amistades o que el 13% se han sentido intimidadas con frases, insultos o conductas sexuales.

INTERNET

El estudio también analizaba el comportamiento de los jóvenes en internet. Desde la constatación de qué redes sociales utilizan más -lo que ha servido para que el IAJ abra un perfil en Instagram, pues Facebook o Twitter son residuales entre los jóvenes- hasta cuáles preferirían que sus parejas no usaran, que son las más relacionadas con los contactos.

En cuanto a comportamientos de riesgo, el estudio refleja que el 31% de los jóvenes han dado su nombre y apellidos a un desconocido en las redes, y el 80% los han aceptado como amigos sin conocerlos.

Los responsables también destacaron que un 3,2% ha enviado fotos suyas sexuales, la mayoría chicas, y el 37,5% ha visto porno (la mayoría chicos), lo cual supone una educación afectivo-sexual alejada de la realidad que también condiciona su comportamiento posterior.