Alejandra Cortés, elegida recientemente como la mejor docente universitaria de España por su trayectoria profesional, y eso que una profesora llegó a decirle que no llegaría a nada en la vida, considera que el techo de cristal se palpa en rectorados y decanatos.

Afortunadamente esa profesora no acertó y, por suerte también, esas sentencias se han ido erradicado de las aulas con un sistema educativo que, a su juicio, no es tan diferente al de los países nórdicos que se toman como referentes.

Profesora e investigadora de la Facultad de Educación de la Universidad de Zaragoza, Cortés trabaja por la igualdad y la inclusión en los centros educativos consciente de que, aunque se ha avanzado mucho, hay que continuar en todos los ámbitos, también en las universidades donde el techo de cristal, asegura, se palpa en los rectorados y decanatos.

-"Nunca llegarás a nada en la vida", le dijo una profesora. ¡Qué visionaria!

-Sí, me lo dijo una maestra en cuarto curso de EGB. Ese comentario iba acompañado de un hostigamiento hacia a mí. Recuerdo que un día me sacó delante de mis compañeros para que vieran mis zapatos que, según ella, eran muy feos. Siempre he tenido mucha personalidad y me fui curtiendo, pero no todos los casos son igual. Puede haber niños más vulnerables con una familia que no les apoye. Ese episodio me podría haber afectado mucho en mi vida, pero no ha sido así afortunadamente.

-Apuesta por educar en competencias para la vida y huir de la acumulación de asignaturas, ¿Cómo se hace eso?

-Creo que las asignaturas, aunque no siempre es así, están por lo general muy divididas, cuando para afrontar nuestro día a día necesitamos competencias transversales como capacidad de organización, saber resolver pequeños o grandes conflictos... No estoy diciendo que haya que quitar contenidos, porque la memoria claro que sirve. Pero creo en una educación basada en proyectos, como se hace en Infantil. En ningún currículum pone exactamente que la educación se tiene que articular en tantas asignaturas. Simplemente está establecido así y todo el mundo lo acata porque, entre otras cuestiones, es más fácil.

-¿Entre esas competencias para la vida está la igualdad?

-Sí, por supuesto. Se ha avanzado mucho. Yo justamente doy una asignatura que es inclusión. Si educásemos en convivencia desde pequeños, no tendríamos que hablar de incluir. No sólo es una igualdad entre hombres y mujeres, sino de todo tipo. Habrá profesores que promuevan un pensamiento único, pero creo que cada vez se respeta más la diversidad que afortunadamente tenemos en la sociedad. Se ha avanzado mucho, por favor no lo toquéis.

-¿Cree que el conocido como el 'pin parental' puede atacar a esa igualdad?

-Sí, podría atacar. No obstante, yo creo en la libertad de elección. Si hay padres que no quieren que sus hijos reciban esa educación que los lleven a centros privados, que para eso están. Creo que este debate responde a una búsqueda de espacios mediáticos y lo han conseguido por goleada, porque se habla de esto y no de los planes de igualdad que el Gobierno de Aragón está haciendo y con los que todos los colegios están implicados. Yo he estado hace poco en centros de educación concertada religiosa dando formación sobre igualdad y diversidad sexual. Yo les hablaba de cómo lo tenían que introducir y había gente muy sensible a esto. Es decir, incluso en estos contextos de colegios concertados, están también abiertos. Es necesario que en la escuela se enseñe todo esto y se está haciendo.

-Hay estudios que reflejan comportamientos machistas también entre las nuevas generaciones, ¿lo percibe así?

-En estudios de investigación sobre temas de convivencia y acoso sí que sale, y parece que hay un repunte de un machismo más oculto, como el control del móvil o incluso en la forma de posar en las fotografías de las redes sociales. Esta también es una cuestión que se debería trabajar más en los centros. Las redes te pueden dar tu marca personal y profesional, pero a la vez hay que tener cuidado con la privacidad.

-¿Y los profesores están concienciados para educar en la igualdad?

-Yo me pateo bastante los centros educativos y realmente creo que los profesores son sensibles a esto. Es raro encontrar docentes que refuercen lo contrario. En mi época sí que te encontrabas con profesores que te decían que no te pusieras una falda corta para ir a clase, por ejemplo. Pero ahora existen mecanismos de trabajo en los centros para erradicar eso.

-¿Tiene muchas alumnas en Magisterio?

-Este año sólo tengo alumnas en magisterio de Educación Infantil. Cambia mucho en el máster de profesorado, ahí sí que te encuentras hombres y mujeres. Pero igual que las ingenieras están sensibilizando con campañas educativas, creo que en Educación habría que hacer algo porque me parece importante que haya también maestros hombres en infantil.

-¿Por qué cree que sucede esto?

-No lo sé, porque en orientación académica y profesional ya hace muchos años que no hay una inclinación a definir profesiones de hombres y mujeres. En ingeniería hay mujeres pero sigue habiendo más hombres, y eso que se ha hecho una labor abismal para que se corrigiese. Creo que lo cultural tiene mucho peso, y no sé si lo biológico puede llegar a influir. Cuando he tenido hombres y mujeres, son gente muy vocacional.

-¿Existen tantas diferencias como dicen entre la Educación en España y la de los países nórdicos, que se toman como referente?

-No tanta, en esos países se ha invertido en educación durante muchos años y tienen una estabilidad legislativa. Nosotros no tenemos tanta trayectoria, sólo desde la Transición y no está tan lejana en el tiempo. Yo he estado en colegios en Alemania y Noruega, y otros países que se ponen como ejemplo, y te das cuenta que aquí en España se están haciendo proyectos maravillosos en el ámbito rural, urbano, público, privado... Creo que tenemos mucha suerte de generar la educación con la que contamos.

-¿Podemos confiar en nuestro sistema educativo?

-Sí, eso no quita que necesite mejoras. Volviendo a lo del pin parental, porque en el fondo está relacionado, hay mecanismos para hacer mejoras. Tenemos el consejo escolar donde los padres y madres pueden proponer esas mejoras. Lo que está claro es que el que ha planteado el pin parental no es profesor y no conoce los organismos de participación democrática en las escuelas. Yo estoy en el consejo escolar de mi colegio, y existe un sistema de votación donde expones tu opinión.

-¿Los hijos son de los padres?

-Me parece desmesurado ese debate político sobre la propiedad de los hijos. Los hijos son de la comunidad. Cuando están en el colegio, yo confío en los profesores y cuando están conmigo los profesores confían en que yo les doy una buena educación. Y cuando veo algo que no me gusta hago una crítica constructiva de cómo sería mejor. El ser humano es un ser individual. Yo como madre digo que estos son mis hijos, pero es una expresión. No lo digo en el sentido de que son míos y que van a hacer o que yo quiera. Cuando se corta el cordón umbilical ya somos dos personas.

-¿Para cuándo más rectoras en las Universidades?

-En mayo hay elecciones a rectorado y se presentan tres candidaturas, dos encabezadas por mujeres y una por un hombre. Es la primera vez que pasa en nuestra Universidad. Ahí se palpa el techo de cristal, y esto que estamos en un ámbito público. También se nota en los decanatos, hay pocas mujeres.