La nueva directora del Instituto de la Mujer, Beatriz Gimeno (1962, Madrid), prevé devolver a este organismo el renombre que tuvo en el pasado y, como pieza clave en el equipo de Irene Montero, pide al movimiento feminista, donde en las últimas semanas han aflorado los enfrentamientos, que en un momento en el que Vox está en las instituciones mire hacia adelante en torno a los "consensos básicos".

- ¿Cuáles son sus planes al frente del Instituto de la Mujer?

El plan es devolver al Instituto el papel que tuvo hace décadas, cuando fue una referencia del conocimiento feminista. Concretamente esperamos poder convertirlo en un centro de producción de conocimiento feminista.

- Baraja también cambiar el nombre y la sede.

Sí. Se va a llamar Instituto de las Mujeres y cambiar de sede es una reivindicación antigua, porque nos parece imprescindible que tenga una sede céntrica, con sala de exposiciones y auditorio.

- ¿Por qué Instituto de las Mujeres?

Porque nos parece que la mujer es una definición un tanto antigua, somos mujeres diversas, plurales y no hay un todo monolítico.

- ¿Prevé que el 8-M de este año sea tan multitudinario como en dos ediciones anteriores?

Yo espero que la manifestación sea masiva. Uno de los problemas, entre comillas, de batir el récord es que llega un momento que no puede haber más gente, pero yo creo que en el 2019 se mantuvo la tónica del año anterior y va seguir en lo sucesivo.

- ¿Qué caiga en domingo y algunos territorios hayan decidido no convocar huelga, puede restarle afluencia?

No, creo que no. Por cierto, que el hecho de no hacer huelga no está relacionado sólo con que caiga en domingo. Por lo que sé, aunque no estoy en la comisión 8-M, tiene que ver con que se pensó que la huelga no fuera una estrategia fija para siempre, sino en plantear otras fórmulas sorpresivas y que emocionaran.

- A las puertas del 8-M, un sector del movimiento feminista se está mostrando muy crítico con que Unidas Podemos ocupe la cartera de Igualdad, considera que no se defenderá a las mujeres adecuadamente, dado que no ha definido una posición unitaria sobre la prostitución o presentó la pasada legislatura la llamada ley trans, que según un grupo de reconocidas feministas y el histórico Partido Feminista amenaza los derechos de las mujeres. ¿Le sorprenden las críticas justo ahora cuando Vox está más fuerte?

Me parece preocupante que justo cuando la extrema derecha está en las instituciones haya sectores que pongan sus intereses, muy legítimos y todas los tenemos, por encima de los consensos básicos. Estamos en un momento en que tenemos que seguir avanzando y detenernos es retroceder. Para ello hay que potenciar los consensos básicos. El feminismo tiene que volver a poner encima de la mesa los pactos entre mujeres que hemos sido capaces de gestionar en muchas ocasiones. Es una estrategia que el feminismo siempre ha llevado a gala y que tiene que volverse a poner sobre la mesa. Hacer una alianza para avanzar juntas en aquello que nos une y seguir luchando en aquellas cuestiones en las que podamos tener diferencias.

- Vayamos a las discusiones en sí, sobre la prostitución, ¿hasta dónde se podrá llegar con la ley de trata?

Una ley integral contra la trata es una reivindicación del movimiento feminista. Creo que se puede llegar muy lejos y que se puede llegar a luchar contra la explotación sexual y el proxenetismo. La prostitución hay que abordarla desde muchos puntos de vista. Yo he dicho muchas veces que soy abolicionista y para mí lo necesario es dar pasos que conduzcan a la abolición. Pero es una cuestión muy compleja, que ningún gobierno ha podido abordar seguramente como hubiera querido.

- Respecto al proyecto de la ley trans, las voces críticas señalan que dado que la legislación marca que el sexo será el sentido, es decir, que habrá hombres que serán mujeres con sólo decirlo y sin necesidad de un aval médico, se negará el hecho de que las mujeres son oprimidas por nacer con sexo femenino. Además critican que se invisibilice a las mujeres al hablar de cuerpos feminizados. ¿Es partidaria de introducir cambios en esta ley? ¿Se abrirá un debate con todos los sectores del feminismo?

Sí, se va a hablar con todo el mundo y se intentará buscar el máximo consenso. Creo que hay debates que no reflejan la realidad. La ley del 2007 del PSOE ya reconoce la identidad de género y la ley trans avanza en la despatologización, que la propia OMS recomienda, en línea de los países más avanzados. Ya hay leyes autonómicas que recogen todo lo que viene en la ley trans, que lo que pretende es armonizar la legislación.

- Ante estas críticas en redes sociales, usted tuiteó que la Teoría queer, que defiende el sexo sentido, es Venezuela, lo que reabrió la polémica. ¿Qué quería transmitir con este tuit?

Es una ironía, pero es evidente que la ironía no es muy bien aceptada en las redes. Yo no dije que la Teoría queer defiende el sexo sentido. Es una teoría muy compleja, hay muchas teorías y teóricos y teóricas. Lo que quiero decir es que la mayoría de las simplificaciones que se hacen de la Teoría queer no se ajustan a la realidad. Yo soy extremadamente crítica con esta teoría, es muy academicista y no se puede usar para todo. Pero se está usando como mantra para criticar absolutamente todo, en ese sentido quería decir que es como el tema de Venezuela, sabiendo el uso que hace el PP del mismo para criticar cosas que no tienen nada que ver.

- También fue censurado por algunos sectores su nombramiento, especialmente por los artículos que ha escrito en torno al sexo. En uno de sus escritos se pregunta si es necesario que las relaciones sexuales sean de otra manera para que seamos más iguales y yo le traslado esta pregunta.

Claro. Las relaciones sexuales y las relaciones sociales, de amistad, amorosas... No si quiera comprendo la crítica que se le puede hacer a decir a que la desigualdad se instala en todos los aspectos de nuestra vida y obviamente también en nuestras relaciones sexuales. La igualdad tienen que penetrar en todos los ámbitos de nuestra vida, incluida la sexualidad y especialmente porque es un ámbito en el que el machismo y el patriarcado está muy presente.

- Por acabar con el capítulo polémicas, qué le parece las críticas que ha recibido el anteproyecto de ley de libertad sexual por parte de algunos miembros del Gobierno?

No puedo opinar porque no estoy en el Gobierno. Lo que sí puedo decir es que es una ley completamente necesaria, que el movimiento feminista pedía, nos pone en la vanguardia del feminismo mundial y va a cambiar el panorama legislativo respecto a la igualdad. Y creo que en poco tiempo estas polémicas se quedarán en nada y todo el mundo va a valorar esta ley como el avance que es.

- Esa ley habla de la introducción de la educación sexual, reglada, en los colegios. ¿Es partidaria de que constituya una asignatura en sí o de que sea una enseñanza trasversal? ¿En este último caso, cómo se podría evitar que se diluya?

Yo soy partidaria de las dos cosas. Es imprescindible que la educación afectivo sexual y en igualdad trasversalice todas las materias, pero también creo que tiene que haber una materia que eduque en estas materias y también en ciudadanía. La concreción de la asignatura o la transversalidad es una cuestión que tienen que decir los expertos. La reivindicación de las feministas es que se introduzca de una vez en la escuela. Porque es una vergüenza que un país como España esté en la cola en estas cuestiones. Hay países con educación sexual desde hace 40 años.