"Nosotras mismas debemos empezar a normalizar la maternidad. En plena lucha por el convenio colectivo de las futbolistas, la selección española de balonmano femenino inicia su camino hacia el cetro mundial con una reivindicación clara: ser madre no está reñido con ser deportista. O no debería estarlo. El combinado de Carlos Viver ha viajado a Japón con tres madres, dos ellas referentes en el 40x20. Pero la vida más allá de la selección no es tan fácil como parece para estas balonmanistas dispuestas a romper barreras dentro y fuera de las pistas.

Las Guerreras posan con la hija de Jessica Alonso, en brazos de Nerea Pena / INSTAGRAM

Jessica Alonso, delegada de las Guerreras y una de las leyendas que se colgó el bronce en los JJOO de Londres, habla con EL PERIÓDICO sobre su experiencia y la de sus compañeras. Ella decidió poner fin a su meritoria carrera profesional para dar a luz. Entonces, jugaba en Francia y allí las condiciones son bien diferentes, pues la ley protege a las deportistas durante el embarazo. Siempre que lo comuniques al club, te dan bastantes facilidades para ser madre y seguir jugando. Yo quería volver a casa porque mi marido vivía aquí y tuve que retirarme antes de tiempo para poder serlo.

Las dificultades en la liga española

Porque como explica la asturiana, el deporte y la maternidad se compaginan mal en España. Aquí, los clubs no hacen contratos profesionales y en muchos casos, cuando las jugadoras se quedan embarazadas, se quedan sin sueldo y sin acceso a la baja por maternidad porque no cotizan a la Seguridad Social. Quizás por ello, como la exguerrera Marta Mangué en 2016, las dos internacionales que defenderán la zamarra de la roja en Japón emprendieron la aventura de ser madres lejos de casa.

Silvia Navarro, la más veterana, jugaba en Rumania cuando su expareja se quedó embarazada. Entonces, el técnico del Oltcim Valcea, conjunto en el que militaba, no le puso trabas para asistir al parto y dispuso de 25 días de permiso. Más tarde, regresó a España y fichó por el Rocasa Gran Canaria acordando un convenio que le dejaba las mañanas libres para disfrutar de la crianza de su hijo hasta que empezara el colegio. Lo hizo. Pero no abandonó la élite y años más tarde sigue en la cumbre del balonmano mundial.

El caso de Shandy Cabral

Diferente es el caso de Alexandrina 'Shandy' Cabral Barbosa, que a sus 33 años regresa a la selección tras perderse el Europeo para ser madre. Su maternidad coincidió con una lesión en la mano derecha de la que fue operada en octubre de 2018. Hacia escasos meses que había fichadopor el Nantes Athlantique y la noticia de que iba a ser mamá fue toda una sorpresa. Para ella y para su club. Llegar a un equipo y quedarte embarazada es algo que muchos no entienden. En mi club no lo aceptaron muy bien. El presidente me puso muchas pegas pero ser madre era mi derecho, yo tenía contrato y en Francia la ley te protege. Poco a poco lo han ido olvidando y lo acabaron entendiendo, explicó recientemente en una entrevista para el diario 'Marca'.

Ataque de Barbosa en un encuentro España-Argentina / J. L. RECIO (EFE)

Lo hicieron porque al mes y medio Shandy ya estaba de vuelta a los entrenamientos. Y lo estaba cerca de su mejor nivel. Porque aunque ella misma asegure no estar al 100%, la maternidad no ha supuesto una traba en su exitoso camino. En el regreso a los terrenos de juego, Shandy ha tardado muy poco en convertirse en la séptima mejor goleadora de la liga francesa con 50 goles de 68 lanzamientos. Casi lo mismo en ser llamada por Carlos Viver para convertirse de nuevo en la comandante de las Guerreras. Con ella, el seleccionador recupera un puntal en el ataque y en la defensa adelantada.

Lucha y reivindicación

Ella y Silvia son las auténticas referentes de esta selección por experiencia y veteranía pero también por su lucha fuera de la pista. Entre nosotras hemos hablado muchas veces que en la selección nunca se había dado este de caso de que hubiera tres madres y que dos de ellas fueran jugadoras, recuerda Jessica Alonso, que tiene claro que su caso tiene que servir de ejemplo.

Jessica Alonso celebra la medalla de los JJOO Londres / ODD ANDERSEN (AFP)

Vamos a crear una nueva dinámica para futuras mamás que espero que haya en la selección. Hay que normalizarlo y desde la Federación Española siempre lo han visto como algo habitual. Somos referentes y debemos llevarlo con profesionalidad.

Echan de menos a sus hijos pero tienen un objetivo en mente, romper barreras y volver a casa con una medalla. El reto empezó dejándoles en casa y concluirá dentro de un mes, cuando esperan estar celebrando la clasificación de España para los Juegos de Tokio.