La profesora María Ángeles Millán dirige desde sus comienzos en 2007 la Cátedra sobre Igualdad y Género de la Universidad de Zaragoza (UZ), bajo el convencimiento de que "la educación feminista es educación en igualdad".

Esta cátedra trabaja en coordinación con el Instituto Aragonés de la Mujer para promover la educación como uno de los principales instrumentos para potenciar el papel de las mujeres en la sociedad.

Y para alcanzar la "igualdad real", explica la profesora universitaria en una entrevista con Efe, la labor institucional se tiene que sumar al "activismo que hay en la calle" y actuar en coordinación.

-La Cátedra de Igualdad se puso en marcha en 2007, ¿cómo han cambiado los tiempos?

-Hace 12 años no era tan evidente apostar por el feminismo como en estos momentos, no estábamos en la cresta de la ola. La ola estaba empezando y nosotras, y muchas más, surfeamos para que tomara impulso. La universidad tuvo un papel preponderante porque en el 2007 no estaban las cosas como están ahora y el feminismo no era bienvenido en la sociedad.

-Con la madurez ya alcanzada, ¿cuál es la principal función de la cátedra?

-La cátedra reúne una serie de medidas de actuación: actividades docentes y de investigación y, sobre todo, de divulgación. La formación y la transferencia del conocimiento que se hace desde la universidad es una de las cosas más importantes para mí. Alcanzar la igualdad real es nuestro proyecto y nuestro objetivo. Con todo el esfuerzo común que estamos haciendo entre todas se están percibiendo y notando estos avances.

-Entre las actividades docentes destaca el máster universitario en Relaciones de Género, ¿qué acogida ha tenido?

-Es un estudio de posgrado oficial que completa su matrícula de treinta plazas y hay perfiles de estudiantes de todo tipo, que quieren completar su formación con estudios de género. Porque en la sociedad hay una dicotomía entre hombres y mujeres. Y para estudiarla es muy interesante conocer la epistemología con estudios que abarcan desde la literatura, medicina, las artes, el cine, los espacios o la arquitectura.

-¿Cómo se incorpora esa perspectiva de género en la educación?

-Conociendo cómo se reparte el poder en función de la diferencia sexual. Porque hay una desigualdad latente a causa fundamentalmente de una distinción anatómica, biológica. A partir de ahí, se estructura toda la sociedad: la educación, los puestos de trabajo, los órganos de poder o el reparto de los cuidados en el espacio doméstico. Y eso genera una gran desigualdad y una gran desventaja para las mujeres.

-¿Qué grandes pasos quedan por dar en la docencia universitaria para contribuir a poner fin a esa desigualdad?

-En la docencia el caballo de batalla es el reconocimiento de los estudios de género feministas como un área de conocimiento. No se puede tener un estudio de grado de Magisterio interpretando que el sujeto es universal, que el alumno es alguien universal, sin tener el reconocimiento de que hay alumnas y que hay alumnos.

-¿Cómo influye esta falta de reconocimiento del área?

-No existen asignaturas específicas de género en los grados. No es lo mismo estudiar la historia si solo tenemos una historia escrita por y para los hombres en la que las mujeres no aparecen formando parte de la misma, no como una capítulo aparte, sino integradas dentro de la historia. Es muy importante conocer cómo han contribuido en la historia. Porque nosotras no estábamos en otro planeta.

-Sin embargo, las mujeres siguen poco presentes en la bibliografía y en los contenidos.

-Claro, se deja a la buena voluntad de cada docente. Y los docentes y las docentes enseñamos lo que sabemos y enseñamos lo que somos. No se puede dejar a la buena voluntad de cada quien.

-¿Queda mucho camino para alcanzar la igualdad?

-Ahora este patriarcado y esta estructura social que tenemos se está rearmando, disfrazando y modernizando para no perder sus privilegios. Con lo cual, la conquista de las mujeres se va a producir pero a largo plazo y lo que hay que hacer es seguir y seguir y educar en feminista. Porque la educación feminista es educación en igualdad.

-¿Cómo se siente este camino hacia la igualdad en las propias filas, en la Universidad?

-Las alumnas están completamente volcadas, hay un compromiso de la gente joven. En el profesorado tenemos muchísimo apoyo y la Universidad de Zaragoza está volcada con la igualdad porque hay una creencia firme de que la igualdad va a traer un bienestar.