María Jesús Lorente Ozcáriz (Madrid, 1959) fue elegida este miércoles presidenta de Cepyme Zaragoza en sustitución de Aurelio López de Hita, que llevaba 16 años al frente de la organización. Se trata de la primera mujer que lidera una gran patronal aragonesa. Su candidatura era la única que se había presentado al proceso electoral abierto por la confederación provincial, que agrupa a un centenar de asociaciones y más de 20.000 pymes. Tras ejercer varios años como abogada, se reconvirtió en empresaria hace 25 años con la puesta en marcha del grupo Bioknostic, dedicado a consultoría empresarial, formación y biotecnología.

¿Cuáles son sus retos?

El primero y principal, dada la situación actual de crisis, es saber la realidad de las empresas que lo están pasando mal, de aquellas que ya han cerrado y, sobre todo, de las que están en la uci y necesitan oxígeno o un tratamiento superior. No podemos dejar que las empresas cierren porque las ayudas directas no llegan. La Administración tiene que ser flexible. No nos puede ahogar la burocracia. Están en juego las empresas y sus puestos de trabajo.

Las pymes son las más afectadas por la crisis del coronavirus, ¿cómo se las puede ayudar?

Pues ayudándolas a reinventarse. Tenemos la digitalización, el comercio electrónico, el trabajo online, hay que formarse y actualizarse… Aquellas que han hecho todo esto, mal que bien, están abiertas. Las que no han podido asumir estos cambios han tenido que cerrar. A menor tamaño, menos capacidad y recursos para hacer frente a lo que se te viene encima. También es cierto que esta pandemia no ha afectado de igual manera a todos. Hay sectores que han sobrevivido e incluso han crecido un 200%. Hay que hacer un mapa para conocer todas estas situaciones y con eso generar una línea de trabajo para fortalecer a las empresas.

¿El pequeño tamaño es un problema en estos tiempos?

Es algo que envidio de algunos países europeos, donde el tamaño de la empresa no es tan pequeño como el nuestro. Tenemos que trabajar para no tener tantas microempresas. En ragón, las de menos de diez trabajadores suponen más del 50% del total y eso hace difícil gestionar una crisis.

¿En qué se traduce la renovación de la ejecutiva?

No me gusta entrar como elefante en una cacharrería. No lo hice en Arame (Asociación de mujeres empresarias de Aragón) y tampoco ahora. Hay personas que siguen, pero hemos dado cabida a gente nueva. Es cierto que cuanto con 20 vocales y me hubiera gustado tener más, pero así son nuestros estatutos. Hemos dado entrada a los jóvenes empresarios, al sector de la salud, al del ocio y la cultura, a los polígonos empresariales y a los agricultores y ganaderos. También entra la asociación de Caspe. He procurado que estén todos.

¿Cómo está de salud Cepyme Zaragoza?

Es una organización muy potente. Somos más de 100 asociaciones y representamos a más de 20.000 empresas. Y creciendo, que es lo importante. Otra de las tareas que me he propuesto es dar a conocer quién es Cepyme, qué hace y para qué servimos. Entonces creo que vendrán más asociaciones.

El equilibrio territorial es otra de sus batallas.

La gente tiene que entender que Zaragoza capital no puede anular a la provincia. Hay que poner en valor el tejido empresarial de las comarcas, que es tan importante como el de la capital. Darle visibilidad y saber atraer inversiones a toda la provincia.

Las mujeres hemos sido las segunda perfectas y a veces nos ha dado miedo dar el paso para ser las primeras imperfectas

¿Se ha tardado demasiado en tener una mujer al frente de una organización empresarial?

Se necesitaba tiempo. Hay que ponerlo todo en su contexto. En 1975 las mujeres no podían abrir una cuenta bancaria ni ser dueñas de sus negocios. No se puede pasar de cero a cien. Las mujeres reivindicativas y luchadoras que se ha puesto al frente de las empresas son las que han hecho posible que hoy yo esté aquí. Probablemente era el momento. Creo que es importante que la sociedad visibilice esto con normalidad y que empiece a haber más referentes de compañeras que asumen puestos de responsabilidad. Pero es importante no por ser mujer, sino porque dar el paso siempre desde las condiciones de capacidad y mérito. No me gustaría que se dijera que estoy aquí porque soy mujer, sino porque soy una persona comprometida, trabajadora, luchadora y con talento.

¿Hay pocas empresarias?

No es que haya pocas, es que no se visibilizan. En Arame somos más de 150 asociadas de todo tipo de empresas. A veces no se ve lo que están haciendo las mujeres. En general, siempre hemos estado siendo las segunda perfectas y a veces nos ha dado miedo dar el paso para ser las primeras imperfectas.

¿Dará el salto a Cepyme Aragón?

Pues en este momento no lo sé. Ahora me voy a centrar en la organización de Zaragoza. Necesito saber con qué cuento, visitar las comarcas, saber qué quieren las asociaciones, conocer las necesidades del tejido empresarial y un largo recorrido para hablar con las instituciones públicas. En el momento oportuno y si tengo apoyo, me postularé para Cepyme Aragón.

¿Es partidaria de una integración con CEOE?

No lo sé. Cepyme tiene una identidad, unas circunstancias y unos problemas propios. Podemos coexistir y tenemos que colaborar, no me cabe duda, pero los intereses a veces son distintos. Es un tema que tienen que negociar Cepyme Aragón con CEOE Aragón. H