Al ritmo de un pasacalles musical, con sonidos de gaitas, con un zancudo y varios polichinelas se inauguró ayer el Parque de las marionetas, que ocupa una gran parte del Parque José Antonio Labordeta, que hasta el domingo se ha convertido en un pequeño muestrario de las diferentes técnicas del arte del muñeco.

Titiriteros de Binéfar fueron los encargados de dar el pistoletazo de salida a la 20º edición del Parque de las marionetas con su divertido pasacalles musical, con el que fueron llevando al más del centenar de asistentes por algunas de las carpas, aunque eso sí, sin entrar.

La música de gaita guió al personal por debajo del aro de flores y por las piernas del zancudo hacia la zona de la artesanía, libros y talleres de papiroflexia o el puesto de los Títeres sin cabeza con unas divertidas mascarillas de cerdito. Eso, mientras el grupo bailaba hacia la izquierda, hacia la derecha, al centro...

Y de ahí, al paseo principal, entre el Palacio de los prodigios y la carpa Melodías, ocupadas por Periferia Teatro y Títeres de la tía Elena. Allí, Titiriteros de Binéfar cantaron la historia del Padre Damián, que tocaba a la doncella, la cabeza, la frente, la nariz, la boca, las tetas, el culo y... hasta ahí.

«Siempre es agradable venir a Zaragoza y más para el Pilar», reconocía Pilar Amorós, de Titirieteros de Binéfar, antes de señalar que el «Parque de las marionetas es especial» y más este año, porque «somos la apertura del parque» con un pasacalles que «sirve para dar la bienvenida a los titiriteros y al público y al mismo tiempo para mostrar lo que se va a ver».

CABEZUDO DEL 'ABUELO'

Aún les dio tiempo a cantar La fábula de la raposa y Estaba el señor don gato antes de volver al escenario para interpretar Arremójate la tripa que ya viene la calor. Fue la sorpresa de la tarde, la presentación del cabezudo de Labordeta, creado por Iñaki Moyua, que tiene el mismo gesto que el abuelo, aunque baila mucho más. Solo estuvo presente durante la canción, pero se dio un gran baño de masas, ya que todos los niños y mayores querían tocarlo.

Y como fin de fiesta (inaugural), la lucha con el dragón, en la que no hubo ni vencedores ni vencidos... aunque sí venció el público, que rápidamente se fue a disfrutar de los espectáculos.

SESIÓN CONTINUA

El Parque de las marionetas -que organiza el Ayuntamiento de Zaragoza junto a Ares- acogerá hasta el domingo a 25 formaciones artísticas, de las que 11 están radicadas en Aragón, siete son nacionales y siete internacionales (Reino Unido, Bélgica, Italia, Eslovenia y Portugal), que pondrán en escena alrededor de 300 funciones. Además, hay juegos, puestos de artesanía, y alguna atracción del barco pirata y otras.

El escenario parece un circo lleno de pequeñas carpas. Está la mágica, el Teatro de Feria (una carpa que es un autobús y otra un camión), la Cabeza parlante, el salón de sueños, carpa Bagdad, Palacio de los prodigios o Carpa Melodías. Además, existe un escenario musical, donde Teatro Che y Moche y Orquesta Zingarozana ofrece sus mini conciertos; un Quiosco de la música para solistas titiriteros y un escenario infantil.

En cada uno de los espacios habrá actuaciones a diferentes horas; por la mañana, un par de funciones; y por las tardes, tres. Algunas son gratuitas y otras tienen un precio simbólico de 2 o 3 euros por función y además, existen bonos. Lo mejor, hacer, como con Titiriteros de Binéfar, un pasacalles, mirar, ver lo que ofrecen y disfrutar de todos y cada uno de los maestros marionetistas.